Con gran alegría la comunidad de la capilla Santa Teresa de Calcuta recibió el pasado domingo a los Obispos Tex-Mex, quienes con la Eucaristía concluyeron su reunión que iniciaron el pasado viernes 2 de septiembre.
La misa fue presidida por el obispo de El Paso, Mark Seitz y concelabrada por obispos de Texas y México así como sacerdotes de las diócesis visitantes y de Ciudad Juárez.
“Qué buen día para una gran fiesta, estoy muy feliz de que tengo la oprtunidad de celebrar esta fiesta con todos ustedes, en su iglesia nombrada Santa Teresa, demos gracias…”, dijo con alegría monseñor Seitz, quien agradeció al obispo Don Guadalupe la invitación para presidir la Eucaristía.
Enseguida se leyó el decreto con el cual el señor obispo asignó como patrona de esa capilla ubicada al suroriente de la ciudad, a Santa Teresa de Calcuta.
“Decretamos a Santa Teresa de Calcuta patrona de la comunidad del Mezquital, procuren los fieles de esta capilla ir creciendo como una comunidad de fe oración y caridad”, leyó el padre Eduardo Mendoza, vicario parroquial de la comunidad.
Al terminar, el obispo develó la imagen de Santa Teresa de Calcuta para la capilla.
Grandeza de corazón
Fue monseñor Daniel Flores, obispo de Bronswille, quien dirigió la homilía, en la cual expresó que la santa ofrece una oportunidad para contemplar la Palabra y vivirla compartida por la vida, la carne, la esperanza, el sufrimiento y la alegría de la Santa Teresa.
“Siempre recuerdo las fotos de la madre Teresa abrazando el sufrimiento, no con una expresión de resignación… ella no veía sufrimiento, veía personas dignas del amor”, dijo.
Afirmó que la humildad no es un traje que se pone un día y se quita otro día y dijo que la la Madre Teresa dio ejemplo de pequeñez, pero de grandeza de corazón.
El obispo dijo que el mensaje del Evangelio se pierde, si se pierde el enfoque en la persona que vive y camina y explicó que la Madre Teresa enseñó a abrir el corazón para abrazar a la persona que está sufriendo.
“Yo digo a los que dicen ‘yo no creo en Dios porque hay mucho sufrimiento en el mundo’, que entonces salgan a abrazar a alguien que está sufriendo y ahí encontrarán a Dios”.
Al final de la Eucaristía el obispo don José Guadalupe Torres obsequió a la comunidad uno de los cálices, que el Papa Francisco utilizó en la celebración de las celebró el papa Francisco en la misa del pasado 17 de febrero, a lo que el padre Héctor agradeció con una gran sonrisa y agradeció la presencia de don José, así como los demás obispos.