Ana María Ibarra
Después de tres años de trabajo como sub sector en la parroquia Cristo Rey, el Movimiento Familiar Cristiano lo conformó como sector nombrando a Nadia y Erik Cano secretarios de sector, quienes coordinarán junto con un equipo coordinador.
Bajo la protección de Cristo Rey
Fue en la solemnidad de Cristo Rey cuando se leyó el documento mediante el cual fue constituido el Sector Cristo Rey. Dicho documento fue leído por Mildred y Willy Lara, presidentes diocesanos del MFC.
“Estamos muy contentos. Hace tres años los grupos de matrimonios llegaron a esta zona y comenzaron a trabajar, y hoy, finalmente el Señor nos permite constituir este sub sector como sector Cristo Rey”, dijo Willy.
Después de la lectura del acta, el obispo don José Guadalupe Torres, tomó protesta al equipo coordinador del Sector Cristo Rey, junto con su asistente eclesial, el padre Leonardo García, párroco de Cristo Rey, quienes se comprometieron a cumplir su misión dentro del Movimiento Familiar Cristiano.
Enseguida, fueron entregados los estandartes a los secretarios de sector y al coordinador de jóvenes emefecistas.
Para concluir este sencillo evento, se entregaron los diplomas a quienes concluyeron el primer nivel de formación básica, siendo 8 matrimonios, una madre responsable, 4 jóvenes y el párroco.
Camino recorrido
Nadia y Erik Cano recibieron hace tres años la invitación para ir a trabajar en la parroquia de Cristo Rey, siendo en ese entonces presidentes diocesanos Enrique y Raquel Perea.
“Llegamos como servidores misioneros a abrir un pre sector en busca de valores cristianos y humanos. Con la ayuda de Dios trabajamos junto a otros hermanos. Tuvimos muchos tropiezos, a veces nos bajaba el ánimo, pero seguimos trabajando”, compartió Erik.
Añadió que había mucha necesidad en la comunidad que demandaba atención.
“Empezamos nuestras pescas y por el carisma de todo el grupo fuimos aceptados. Fuimos creciendo hasta este momento que se hizo sector”, dijo agradecido.
Por su parte, Nadia compartió que como todo reto, llegaron con temor, pues ni siquiera conocían dónde se ubicaba la colonia Chaveña.
“Por obra de Dios empezamos a darnos a conocer y funcionó. Tuvimos mucho apoyo del padre Leonardo quien quizá no conocía más que las siglas del MFC, pero puso mucho empeño y aprendió del movimiento. Entre más lo conoció se enamoró del movimiento”, compartió Nadia.
Nadia agregó que algunos de los frutos han sido los matrimonios que iniciaron, algunos con mucho dolor, heridos por ellos mismos, y en este momento han aprendido a resolver sus conflictos.
“Ese es el pago que el Señor nos da. Nosotros estamos para servir donde el Señor nos ponga, y agradecemos mucho que se haya llegado este día”, finalizó.