Dios nos quiere felices y nos da su Palabra para hallar la felicidad, asegura la religiosa marióloga Georgina Onofre, quien nos explica cómo la Biblia nos ayuda en la vida diaria…
Ana María Ibarra
Para la hermana Georgina Onofre, Misionera de María Dolorosa, la Sagrada Escritura es una guía para la vida pues Cristo es la Palabra de Dios hecho hombre, quien vino a dejar sus enseñanzas por la salvación del Mundo.
En entrevista con Presencia, la religiosa, quien es licenciada en teología y doctora en Mariología por la Pontificia Facultad Teológica Marianum, de Roma, reflexionó sobre las distintas maneras en las que Dios habla a su pueblo a través del estudio de la Palabra, y dijo que por ello es importante formarse en un conocimiento más profundo de esta Palabra.
Cristo, Palabra viva
La Sagrada Escritura, dijo la entrevistada, es Dios que habla a su pueblo.
“Dios nos habló en aquel momento en que se escribió y nos sigue hablando ahora porque la Palabra de Dios es Cristo mismo, el Verbo que se encarnó, que vino y nos habló no sólo con su Palabra, sino con sus obras, con su vida, con su testimonio, con su cercanía”, explicó.
Por lo tanto, dijo, el centro de la Biblia es Cristo que deja una enseñanza con su vida.
“Pedro nos dijo en Hechos de los Apóstoles: pasó haciendo el bien. Entonces la Biblia nos instruye a que vayamos haciendo lo mismo que Cristo hizo, siguiéndolo a Él. Él es el maestro y nosotros somos sus discípulos, Él nos guía y nosotros lo seguimos”, expuso.
La religiosa añadió que el centro de la predicación de Jesús es el amor que lleva a implantar el reino de Dios de justicia y paz, y sólo se puede hacer viviendo como dijo Jesús.
“El espíritu que debemos seguir son las Bienaventuranzas: dichosos los que sufren, los que lloran, los limpios de corazón… es como la carta magna que Jesús nos deja. Para llevarla a cabo nos da otras enseñanzas simples, sencillas: porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, es decir, mi relación con los otros, con los más necesitados”, enumeró.
Para la religiosa, quien obtuvo un doctorado por la Universidad de …, en la Biblia Jesús nos enseña a vivir una moral distinta a la del mundo, que sólo invita a no hacer el mal a nadie.
“Jesús nos dice, no solamente es no hacer el mal, sino hacer todo el bien que puedas. Tenemos la parábola del buen Samaritano que nos enseña la moral de los maximus. Jesús nos dice cómo llevar a cabo el amor a partir de las obras de misericordia”.
“Jesús no dice cómo tratar a la naturaleza, cómo amarla, cómo comportarnos ante la naturaleza y delate de los hermanos, cómo amarlos, sobre todo cuando nos enseña la misericordia y el perdón”.
Cómo usar la Biblia
Para usar bien la Biblia, explicó la hermana Onofre, lo primero es entender que si la Biblia es Palabra de Dios que se ha encarnado y que es Cristo, antes de leer el Antiguo Testamento, se deben leer los evangelios.
“Primero tenemos que conocer a Cristo, luego todos los demás libros del Nuevo Testamento menos el Apocalipsis, ese se tiene que leer al último y después ir leyendo los profetas, los libros sapienciales, el pentateuco y los libros históricos del Nuevo Testamento. Nunca empezar a leer el Antiguo Testamento porque nos conflictuamos”, explicó.
La religiosa resaltó que esta es una manera muy bella de entender la Biblia, de encontrarse con ella cada día y con la religión católica, que es la verdadera.
“Nosotros tenemos una manera muy fácil de acercarnos a la Biblia, y no es la de receta que mucha gente pone el dedo y ahí es lo que me dijo Dios, eso no es muy aconsejable, porque luego la puedes interpretar a tu manera”, alertó la hermana.
Una manera fácil de estudiar y entender la Biblia, dijo, es en la misa, donde cada día no solamente se escucha la palabra de Dios, sino que da una clave al unir la primera lectura tomada del Antiguo o del Nuevo Testamento, un salmo o himno, luego la segunda lectura y el evangelio.
“Esta manera nos ayuda a comprenderlas. El sacerdote hace una pequeña reflexión y una actualización de esa palabra que se dijo hace tantos años y que hoy se dice para mí. También se puede leer la Biblia de manera persona con esas mismas lecturas y hacer una Lectio Divina”, explicó.
Con esta práctica, explicó, se lee y relee la lectura para descubrir las cosas más importantes que dice, los personajes que actúan, lo que dicen, todos los detalles, para encontrar el mensaje de Dios.
“Si ya escuché la misa, si ya me dieron una orientación, será más fácil que le encuentre una aplicación práctica para mi vida. Es algo así de simple y así de sencillo
Una lectura para cada momento
La hermana Georgina resaltó que todos pueden tener un acercamiento a la Palabra de Dios, además de en la Liturgia, por el espíritu de Cristo. Y aclaró que en la Palabra se puede encontrar una verdad para cada momento.
“En los momentos más felices de nuestra vida podemos encontrar una luz para poder agradecer con los mismos Salmos, con las mismas palabras del Magnificat que dice María, podemos dar una acción de gracias hermosa al Señor por esa alegría que nos está permitiendo vivir”.
“Pero cuando estamos en las tribulaciones, en los problemas, podemos leer la Pasión de Cristo que nos ayuda a enfrentar con valentía y con fe todos esos problemas, además habrá algunas lecturas que nos ayuden incluso a saber por dónde caminar en los problemas específicos. Las Cartas de san Pablo nos ayudan en ese sentido”, compartió.
Afirmó que Dios dirige su Palabra para que su pueblo sea completamente feliz.
“Si Dios nos quiere felices, nos va a dar ahí la guía para lograrlo”.
La religiosa invitó a los fieles a conocer más de cerca la Sagrada Escritura y leerla con el mismo espíritu con que fue escrita.
“La Biblia se lee en la Iglesia, con la Iglesia y bajo la mirada paternal siempre cuidadosa del magisterio de la Iglesia. Que cada uno de los católicos podamos acercarnos a ese libro que es vida, que nos da fuerza para salir adelante y alcanzar la salvación. Los invito a que se acerquen a estudiar la Biblia en el Instituto Bíblico San Jerónimo y podamos comprender a profundidad la enseñanza de la Palabra de Dios”, finalizó.
La Biblia se lee en la Iglesia, con la Iglesia y bajo la mirada paternal siempre cuidadosa del magisterio de la Iglesia. Que cada uno de los católicos podamos acercarnos a ese libro que es vida, que nos da fuerza para salir adelante y alcanzar la salvación.
Hna. Georgina Onofre., MMD