Ana María Ibarra
El sacerdote Eduardo Hayen Cuarón, párroco de Catedral, ofreció una conferencia sobre cómo y por qué la Iglesia se involucra en la política proclamando y defendiendo la vida humana.
Esto durante el Séptimo foro Estrategias de Prevención de los Delitos de Extorsión y Secuestro, organizado por la Policía Federal y ante la invitación que le hizo la corporación policiaca.
El evento, que se realizó el pasado viernes 2 de marzo en el Centro Cultural Paso del Norte ante varios invitados y estudiantes de preparatoria, tuvo como finalidad presentar medidas de seguridad e instrucciones de prevención, así como dar a conocer el trabajo que realiza la Policía Federal con patrullajes, cercanía con la ciudadanía y otras acciones.
Voz de la Iglesia
Sobre el secuestro, la extorsión, la tortura y otros males, el padre Hayen dijo que son contrarios al respeto de la persona y de la dignidad humana.
Y abordó como variante del tema, el asunto de la trata de personas, área que la Iglesia tiene la experiencia en acompañamiento a las víctimas y en su proceso de reinserción social.
“El tráfico de seres humanos es la segunda industria criminal en el mundo, superado por el narcotráfico, y que está creciendo rápidamente gracias a criminales que comercian con mujeres y niños”, expresó el párroco de Catedral.
Compartió que en junio del 2016, en el Vaticano, se realizó un encuentro mundial sobre la trata de personas convocado por la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales, en el que participaron cerca de 200 jueces y fiscales de distintos países, incluida una delegación mexicana.
“El Papa Francisco quiso concientizar a los jueces y fiscales del mundo sobre la necesidad de unirse para sumar esfuerzos y combatir estos delitos que afectan al menos a 45 millones de personas en el mundo”, expuso.
Esfuerzos en la diócesis
El sacerdote también expuso los esfuerzos que la Diócesis de Ciudad Juárez realiza en este ámbito desde hace casi dos décadas.
“En 1999, el padre Antonio Urrutia buscó la manera de rescatar a las mujeres de la prostitución. El sacerdote soñaba con un lugar para el descanso de las mujeres que quisieran dejar la prostitución”, dijo.
Agregó que poco después llegaron a la diócesis religiosas Oblatas del Santísimo Redentor, quienes trabajan para rescatar a hombres y mujeres de la prostitución y ofrecerles programas de reinserción social.
El padre Hayen compartió casos de algunas mujeres que lograron salir de la vida de prostitución que llevaban, gracias al apoyo de las religiosas.
Señaló que el dolor que causa este flagelo social no sólo lo sufren las víctimas, sino también sus familias y se refirió al acompañamiento que hoy reciben familias de mujeres desaparecidas en Ciudad Juárez, por parte de un sacerdote.
Para finalizar, el padre Hayen resaltó que para erradicar este problema es importante la participación de las religiones como formadoras de la conciencia moral del pueblo.
“Es necesario que la sociedad tome conciencia de la grandeza y dignidad de la persona humana, que el hombre y la mujer no son mercancía. El secuestro, la extorsión y la trata no son solamente delitos que violan el orden jurídico, sino sobre todo pecados que violan gravemente la dimensión espiritual y moral de vida tanto personal como comunitaria”.
“Construyamos una civilización de la vida, trabajemos juntos, gobierno sociedad civil e Iglesia en la promoción de un Estado con rostro verdaderamente humano, que reconozca como su deber primario los derechos fundamentales de la persona humana, especialmente de los más débiles”, finalizó.