¡¡Feliz Año Nuevo!!, ¿por qué Año Nuevo?
Así como se inicia un año civil (enero a diciembre) o escolar (agosto-junio), dentro de nuestra liturgia, con el tiempo de adviento, iniciaremos un nuevo ciclo con el primer domingo de adviento y termina el domingo XXXIV del tiempo ordinario, con la solemnidad de Cristo Rey de Universo.
¿ Pero qué significa la palabra Adviento? Esta palabra viene del latín: adventus, que significa: venida o llegada
El adviento es un tiempo de preparación, en 4 semanas, que nos ayuda a vivir la Navidad como debemos de vivirla.
Quienes nos ayudan a vivir esta esperanza (por ser tiempo de espera) son los personajes que vamos a estar escuchando durante este tiempo: Isaías, Juan el Bautista y la Santisima Virgen María.
El tiempo de adviento se divide en dos partes:
La primera parte es desde este primer domingo de adviento hasta el 16 de diciembre. Estos días van estar marcados por un sentido escatológico, es decir, nos recordará que Jesús vendrá por segunda vez al final de los tiempos
La segunda parte es desde el 17 de diciembre al 24 de diciembre, que nos ayuda a prepararnos para la navidad reflexionando en la presencia de Jesús a través de la historia entre nosotros.
El sentido del adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor, es decir: avivar la esperanza
El color que se utiliza en este tiempo es el morado que es el color de la esperanza. Porque nos prepara a la fiesta grande de la navidad.
En este tiempo de adviento se utiliza dentro de la liturgia el color morado ¿El color morado por qué? Porque es la Mezcla de colores rojo y azul. El Rojo es significado del cielo y el azul es representación de la tierra.
Mezclando estos dos colores sale el morado que es la unión del cielo y la tierra. De lo divino de Jesús y su humanidad.
Si el Adviento es tiempo de esperanza, ¿cómo le vamos a hacer para reanimar, revivir esta esperanza en nosotros y los demás, aunque estemos viviendo tiempos difíciles?
El adviento es un tiempo de deseo, de anhelo, de esperanza, de preparación, de reforma, de conversión interior, de oración, de esfuerzo sincero en la búsqueda constate de un Cristo vivo y un Evangelio encarnado en cada uno de nosotros.
En este domingo, en el Evangelio de San Mateo, Jesús nos invita a la vigilancia, para estar preparados a la venida del Señor.
Sabemos que el retorno de Cristo es seguro que suceda, no sabemos cuando.
Será como el ladrón que llega por la noche, o como la llegada del amo que llega por la noche sin avisar a sus criados, o llegará como vino el diluvio en tiempos de Noé y sorprendió a los hombres.
La venida de Jesús por segunda vez a la tierra, sorprenderá a todos, cuando estén distraídos en sus quehaceres.
El momento en que vendrá es totalmente desconocido: “nadie lo sabe, ni los Ángeles…ni el Hijo, solo el Padre (Mt 24,36)
Por lo tanto esto nos debe de llevar a que el cristiano siempre este en constante vigilancia y expectación, para que así no lo sorprenda ese día.
Esta vigilancia no es que ya no durmamos… es una actitud de desapego de los bienes materiales, del egoísmo, de los bienes mundanos, de todo aquello que puede apartarnos de Cristo.
Aunque parezca que todavía va a tardar en venir Jesús, hay que ser prudente, como las cinco mujeres prudentes que llevaban aceite de más para sus lámparas cuando esperaban al novio.
Aprovechemos todos los medios que Dios nos da para estar vigilantes y en la espera, con alegría
Recordemos el adviento es tiempo de preparación para la Navidad, es decir, el tiempo fuerte será la Navidad.