Ana María Ibarra
En una parte de la celebración de las ordenaciones sacerdotales realizadas el pasado 19 de marzo, el obispo se dirigió a las familias de los nuevos ministros para agradecerles por su donación.
“Gracias por ser familias buenas. Dios les bendiga y les recompense. La familia siempre es importante en el ministerio sacerdotal”, dijo el obispo previo a iniciar el rito de ordenación.
Al final de la misa, Presencia habló con los nuevos sacerdote y diáconos, así como con sus familias, quienes expresaron su agradecimiento a la comunidad por apoyar la vocación de estos hombres, así como pidieron oraciones para que continúen en el camino de servicio en total entrega y santidad.
- Familia González
“Me siento orgullosa, muy contenta. Pido a la comunidad que sigan apoyando a mi hijo como lo han apoyado, pido a Dios que me lo cuide. Dios lo eligió a él”
María Magdalena Castor, mamá
“Pido a la comunidad que lo sigan apoyando. Estamos muy contentos, con mucha alegría porque su sueño ya se cumplió”.
José Ricardo González, papá
“Siento una emoción muy grande porque ha llegado un momento importante, no el final de los estudios, sino el inicio y la entrega de toda una vida del ministerio del sacerdocio. Me siento pleno, realizado, Dios cada día me confirma mi llamado, como el día de hoy lo ha hecho. Es Dios mismo que se hace presente en mi vida. Pido a la comunidad lo mismo de siempre: sigan en oración por un servidor y permítanme entregarme a ustedes en el sentido del servicio y del acompañamiento”.
Pbro. Ricardo González
- Familia Balderas
“Entrego a mi hijo con todo mi corazón para que él conviva con el pueblo y sea humilde. Estoy muy emocionada. Que mi padre Dios siga dando a mi hijo mucha fortaleza, que siga adelante en su ministerio, que Dios le dé mucha sabiduría y que sea un sacerdote cercano al pueblo de Dios”.
Manuela Soto de Balderas, mamá
“Estoy muy orgulloso de mi hijo, es una tarea que hicimos en familia. Bendito sea Dios que ahí lo llevamos. Tengo la fe en Dios que todo estará bien y que pronto será ordenado sacerdote”.
Saúl Balderas, papá
“Estoy muy agradecido con Dios por esta oportunidad que me concede de ayudarle en el diaconado, de ser parte de este proyecto de Dios que es la Iglesia. Me siento muy contento, muy alegre, es algo que marca mi vida. Apenas inicia el verdadero trabajo, pero estoy muy animado. Le pido mucho a Dios que nunca acabe este ánimo y que sea el quien me acompañe en momentos de dificultades, que sé que van a venir, pero con ayuda del Espíritu Santo que Dios ha derramado sobre mí, me fortalecerá para cumplir y avanzar, para ser más santo, mejor cristiano, mejor servidor como diácono”
Diác. Gustavo Balderas.
- Familia Figueroa
“Me siento muy contenta, porque fuera de la edad, de la noche a la mañana, tengo un sacerdote. Pido a la comunidad respeten a mi hijo y a los sacerdotes. Estoy con mucha emoción. Pido a Dios que lo conserve y que le ayude a llevar su ministerio”.
Gertrudis Lucero, mamá
“Mi esposo y yo fuimos como los papás de mi hermano. Lo apoyamos en todo y estamos muy contentos porque es como un hijo. De ser mi hermano mayor paso a ser nuestro hijo y nuestro guía espiritual en la familia. Pido mucha oración por él y por todos los diáconos y presbíteros de Ciudad Juárez”.
Irma Figueroa, hermana
“Primeramente me siento muy agradecido con Dios y con el equipo formador, porque lo que parecía tan lejano hoy se está concretando, ya se concretó en el diaconado… humanamente me dicen, deberías sentirte con más carga, pero eran tantos los apuros que teníamos antes de esta celebración, que ahorita me siento muy relajado la mera verdad. El resumen es que me siento muy contento y muy agradecido. Es muy bonito estar ahi con muchos de los sacerdotes, mucha familia, muchos amigos de los diferentes apostolados en los que he participado, con todos muy contento, es una sensación increíble ver a tanta gente que a veces uno no recuerda su nombre, pero los rostros ahí estan. Se les agradece mucho”.
Diác. Jesús Figueroa
- Familia Martínez
“Estoy muy contenta y muy orgullosa de mi hijo. No tengo palabras para agradecerle a Dios todo esto que me está regalando tan maravilloso. Se los entrego y les pido que lo sigan apoyando. Desde niño él quería ser sacerdote, le falta un escalón más para lograrlo y ojalá que Dios me permita verlo ser un gran sacerdote”
María Teresa Pérez, mamá
“Estoy orgullosísimo de tener un hijo que ya casi es sacerdote, les pido que me lo traten bien y se los encargo en su oración”.
Manuel Martínez, papá
“Me siento muy feliz agradecido con Dios, contento, agradecido con el señor obispo por su confianza, me siento emocionado con toda la gente que ha estado en torno a mi vocación. Invito a toda la comunidad que sigan haciendo oración por las vocaciones eso es lo que nos mantiene mucho.
Diác. Jesús Manuel Martínez
- Familia Ramos
“Me siento muy contenta, muy agradecida con Dios, con la Virgen María. Felipe fue consagrado desde niño a nuestra Madre Santísima y toda la familia estamos muy contentos, muy agradecidos. Pido a la comunidad que lo sigan recibiendo con el mismo cariño, que sigan orando por su vocación, sigue necesitando de la oración de la comunidad”
Rocío Ramos, mamá
“Es una bendición muy grande que hemos recibido en la familia. Dios en su infinita misericordia escogió a esta familia para regalarnos esta vocación y toda la familia nos sentimos muy honrados con la misericordia de Dios”
Teresa López, abuela
“Me siento muy bendecido, muy contento, misericordiado por Dios que se muestra con toda su misericordia, toda su ternura para conmigo en este momento. También es una bendición el lugar donde hice mi apostolado y ahora el nuevo destino a donde soy enviado. Siento que Dios me envía y quiero siempre hacer su voluntad en obediencia y comunión con mi obispo y mi Iglesia. Me ordené para la Iglesia por amor a Dios y a la Iglesia misma”.
Diác. Felipe Ramos