Claudia Iveth Robles
En su décima edición, la Arena Seminario de nueva cuenta abrió sus puertas a la lucha libre, ahora con la pelea “Entre el cielo y el infierno”, protagonizada por sacerdotes de la diócesis que se dieron un espacio para apoyar con esta disciplina a la Casa de Formación,
Este año el Orante Luna fue el indiscutible ganador al vencer al Apóstol después de un polémico triángulo de la muerte entre Ángel Negro, El Apóstol, Orante Luna y la novedad: “El ropavejero”.
Previo a la lucha estelar de los sacerdotes, se realizó la lucha de seminaristas entre Crístico, Arcángel y Orante Junior contra Armagedon, Misterio y Sacrilegio, en una contienda en la que mostraron su buena condición física con saltos y llaves.
Y después de varios castigos por parte del bando rudoy los luchadores técnicos reaccionaron a tiempo para llevarse la victoria, pues el bien siembre vence sobre el mal.
También previo a la lucha estelar brincaron al encordado los luchadores profesionales Latino, Sky Bird y Magno por parte del bando técnico y por los rudos Angelix, Mini fusión y Fusión grande, que dieron cátedra de juego de llaves y lanzamientos, que dejaron asombrado al público.
En esta pelea la anécdota chusca la puso una mujer que le gritó de todo al bando rudo y hasta casi subió al ring para darle a los luchadores con una chancla.
Diez años de lucha
Ya en la pelea estelar, los gritos de la gente se dividían entre “Orante” y “Ángel Negro”, pero el momento de la verdad llegó cuando el “Orante” se lanzó al ring con sed de venganza, porque el año pasado perdió su cabellera a pesar de que fue perdonado por el obispo en el Año de la Misericordia.
Previo a la lucha, los conductores agradecieron al público su preferencia en diez años de Lucha Libre sacerdotal, y reconocieron al luchador “Siervo” como iniciador de esta práctica en beneficio del Seminario Conciliar.
Luego, el primero en salir al cuadrilátero fue el Apóstol, serio y concentrado, al que le siguió el “Orante”, quien llegó de la ruta que lo traía de su participación en Master Chef.
Luego se hizo el silencio total ante la aparición del Ángel Negro, quien alumbró su paso con luces de bengala.
Triángulo de la muerte
En la lucha del “triángulo de la muerte”, primero se enfrentaron Apóstol y Orante.
“Saque el chicharrón” le gritó Apóstol a Orante, para luego darse de panzazos. Orante tomó ventaja con una llave, pero luego entró Angel Negro para castigarlo.
Enseguida apareció de la nada un personaje desconocido al que le apodaron “El Ropavejero”, quien tomó una silla y cargó al Apóstol para que el Ángel cayera encima.
Enseguida Angel Negro y Ropavejero, castigaron duramente a Orante llevándolo al rincón de la tercera cuerda, casi ahogándolo. Fue entonces cuando Apóstol reclamó al referi la presencia de un cuarto gladiador y Angel Negro quedó descalificado.
Ante la impotencia, Angel Negro aventó al Orante una despensa y le dijo: “Ponte a hacer comida, eso es lo que sabes hacer”, a lo que el Orante respondió: “Me sirve para hacer salsa de chocolate”, entre las risas de los asistentes que disfrutaron al máximo esta lucha especial.
Ya al final, debido a que Apóstol no quiso darle el gane al Orante comenzó una lucha de panzazos y éste último salió victorioso y así cobró venganza de su derrota del año pasado.