Al igual que los tarahumaras, los mazahuas que han migrado a Ciudad Juárez se han integrado a la Iglesia Católica y viven su fe junto a los fronterizos.
Ana María Ibarra
Un grupo indígena creyente y practicante de su fe es la comunidad mazahua que vive en Ciudad Juárez, y que está integrada a la parroquia La Virgen de la Luz, donde con su autenticidad y solidaridad enriquece y edifica al resto de los fieles católicos, que los reciben con mucha alegría.
Así lo compartió el padre Luis Escudero, párroco de La Virgen de la Luz, quien dijo que él mismo como párroco también se ha edificado gracias a los mazahuas, que ahora participan con gran entusiasmo en la Misión parroquial emprendida con el SINE.
“Es muy bonito trabajar con estas comunidades. Como sacerdote me siento muy edificado y retroalimentado por la sencillez y la manera tan expresiva y generosa de relacionarse con Dios”, expresó.
Son tierra fértil
El padre Luis compartió que la comunidad mazahua es muy auténtica y tiene un espíritu muy libre. En su cultura, en sus costumbres y en su historia son muy devotos y religiosos, lo que hace fácil trabajar en con ellos, dijo.
“Son una tierra muy fértil, basta cualquier iniciativa pastoral y ellos la acogen con mucha entrega. Actualmente se ha trabajado mucho con la evangelización y el SINE y aquí se han formado muchas pequeñas comunidades”, compartió el sacerdote refiriéndose a la capilla Santiago Apóstol, edificada por los mismos mazahuas.
Una alegría para el padre Luis es ver que en esta comunidad de mazahuas se han integrado muchos matrimonios jóvenes, más que de otras capillas de la parroquia.
“Cuentan con muchos valores de la vida familiar, de la vida en comunidad. Hay mucha participación, en los últimos años se ha logrado que no se atienda como una comunidad individual sino en conjunto con toda la parroquia, se han integrado mucho en los grupos y la comunidad los ha recibido con mucha alegría, recibiendo su testimonio”, agregó el padre Luis.
Más de 20 años
La comunidad mazahua inicialmente pertenecía a la parroquia Jesús Obrero, hace ya más de 20 años. Cuando se erigió parroquia El Señor de los Afligidos, a cargo del padre José de Jesús Sigala, pasaron a formar parte de esta comunidad. En ese entonces, 1993, comenzó el acompañamiento de las hermanas Siervas de los Pobres.
“Primero fue conocer su cultura e impartir los sacramentos. Antes no tenían capilla y los mazahuas iban a El Señor de los Afligidos. La capilla se inició a construir en el 2000 y el padre Pablo Masson de Maryknoll los fue acompañando, él los conocía a todos, fue muy significativo su acompañamiento”, compartió la religiosa Quina González, quien actualmente acompaña a la comunidad Mazahua.
Cuando La Virgen de la Luz fue erigida parroquia, las religiosas pasaron a formar parte de ella y la comunidad Mazahua también.
“Hemos ido acompañándolos, fomentando su cultura, respetarla, catequizar para los sacramentos, escucharlos, hacer presencia, estar con ellos en los acontecimientos de alegría, pero también de tristeza”, dijo la religiosa.
Compartió que la comunidad Mazahua tiene dos fiestas importantes: el 11 de diciembre en honor a la Virgen de Guadalupe y el 25 de julio, en honor a Santiago Apóstol a quien está dedicada su capilla.
Añadió que también se les acompaña en fiestas como Navidad, Año Nuevo y Semana Santa, además de realizar actividades para su aprovechamiento.
“Tenemos un grupo de mujeres jóvenes que estudió para estilistas y últimamente se incrementaron platicas de Al Anon”.
Organización
Los mazahuas, dijo la hermana Quina, están organizados por un grupo de fiscales, que siempre fue integrado por hombres, pero en los últimos dos años la mayoría han sido mujeres.
“El grupo de fiscales se encarga de observar las necesidades que hay en la capilla y organizar el trabajo para cubrirlas. Se formó también un consejo en la capilla con reuniones cada mes donde participan los fiscales y los coordinadores de cada área pastoral”, explicó.
La mayoría de estas personas, dijo la religiosa, son comerciantes y se dedican a vender en los puentes internacionales, pero muchos jóvenes han estudiado carreras universitarias.
“Son muy luchadores, muy trabajadores, llueve, truene, nieve, caiga fuego del cielo, siempre salen a vender”, comentó con admiración.
Los grupos mazahuas se asientan alrededor de la parroquia Los Afligidos, en Granjas, Eje Vial, San Francisco y Municipio Libre y todos se conocen y se unen para la fiesta de Santiago Apóstol, dijo.
Solidarios y comprometidos
La hermana Quina dijo que en estos años de acompañamiento ha aprendido de la solidaridad de los mazahuas quienes siempre están unidos tanto en las fiestas y alegrías, como las tristezas y momentos de dolor.
Compartió que los mazahuas poco a poco han ido aprendiendo a vivir la liturgia y los sacramentos, lo que los hace ser más comprometidos.
“Antes en la liturgia querían ellos mantener sus signos, pero poco a poco se les ha ido enseñando a vivir la liturgia, sí, con algunos de sus signos, pero de manera más solemne. Siempre han sido respetuosos de las cosas de Dios y se han integrado a la catequesis, aunque había resistencia para acudir a pláticas pre bautismales. Ya son más accesibles”, dijo.
Valorar su presencia
Tanto la hermana Quina como el padre Luis Escudero invitaron a la comunidad diocesana a respetar a la comunidad indígena de los mazahuas, valorar su presencia y no discriminarlos.
“Los mazahuas en nuestra ciudad vienen a ser un don, un regalo, su cultura trae su aporte, su riqueza. No solamente es no discriminarlos, sino recibirlos como huéspedes con toda su riqueza, desde su cultura y su religiosidad hasta los valores humanos que nos proponen”, dijo el padre Luis.
“El padre Pablo decía, hoy también lo digo, es una comunidad muy específica con sus costumbres, sus tradiciones y a veces queremos meterla en toda la dinámica parroquial y social, y está bien, pero siempre respetando sus costumbres, sus tradiciones, sus valores y su esencia”, dijo.
Y agregó “Son personas muy valiosas pero también son muy frágiles. Los invito a que los acojamos, valoremos y que nos acerquemos a ellos para conocerlos y poder entenderlos”.
Son misioneros
La nueva evangelización que se ha iniciado en La Virgen de la Luz se ha enriquecido con la participación de la comunidad Mazahua, compartió Carmen Juana Flores.
“Mucha gente fue a misionar, está animada, la gente tiene fe, tenemos reunión en las pequeñas comunidades y me siento feliz de servir”, dijo Juanita, como es conocida en la comunidad mazahua.
Explicó que siempre han tenido la cercanía y el acompañamiento de los sacerdotes que han estado al frente de la parroquia, y que con el resto de los fieles no mazahuas se llevan bien, “nos respetamos, nos queremos entre ellos y nosotros”, compartió la mujer.
Junto a sus hermanos, Juanita fue marcada con la oportunidad de participar en la misa que celebró el Papa Francisco en Ciudad Juárez el pasado mes de febrero.
“Fuimos muchos cuando vino el papa, nos tocó (boleto) rojo. Ese día usamos nuestras vestimentas de mazahua. Me dio mucho gusto, estuvimos cerca”, finalizó.