Claudia Iveth Robles
El pasado domingo 29 de octubre, las religiosas Misioneras de María Dolorosa ofrecieron una misa para conmemorar los 42 años de la muerte de su fundador, monseñor Baudelio Pelayo Brambila.
La misa se celebró en la parroquia Nuestra Señora del Carmen y fue presidida por el padre Francisco Galo Sánchez, quien saludó afectuosamente a las consagradas y reconoció el trabajo de monseñor Baudelio, uno de los pilares de esta Diócesis de Ciudad Juárez.
La hermana Georgina Onofre, MMD ase encargó de presentar una remembranza de la vida y obra de don Baudelio, nacido en Santa Rosalía, Jalisco en 1900, y ordenado sacerdote en la Catedral de Chihuahua, el 3 de abril de 1926, por el Arzobispo de Chihuahua Don Antonio Guízar Valencia.
La religiosa narró que al inicio de su ministerio sacerdotal, en junio de 1926 se desató la persecución religiosa, por lo que fueron cerrados los templos y prohibido todo culto.
Luego de muchas dificultades y peligros que afrontaron los sacerdotes, el 31 de julio de 1929 se abrieron de nuevo los templos y monseñor Baudelio fue trasladado a la parroquia del Santo Niño en Chihuahua. Después atendió la parroquia Santa Rosalía, en Camargo y en 1936 se le concedió el nombramiento de monseñor, por su trabajo incansable.
En 1937 fue trasladado a Ciudad de Juárez como párroco de Nuestra Señora de Guadalupe.
“Dios envío a monseñor Pelayo a predicar y a construir en una zona de desierto, no solamente por su clima, sino por la grave situación que enfrentaba Ciudad Juárez en el plano social, económico y sobretodo religioso”, dijo la hermana Georgina.
Recordó la labor pastoral que realizó Don Baudelio dando respuestas muy concretas a las necesidades espirituales y materiales que había en ese entonces, entre indigentes, ancianos y niños desamparados, por los que fundo sus primeras obras: el Asilo de Ancianos, el Orfanatorio de Guadalupe y la Ciudad del Niño.
La hermana Onofre también recordó el acaompañamiento que dió monseñor a diversos movimientos, así como los templos que ayudó a construir.
Al final de remembranza y de la Eucaristía, las Misioneras de María Dolorosa se tomaron una foto del recuerdo en honor a su fundador.