El Asunto:
A partir de este mes, agentes de la Dirección General de Tránsito Municipal (DGTM), portarán armas mientras estén realizando su labor en las calles de la ciudad.
De acuerdo a información de medios locales, serán 429 agentes los que estarán armados para reforzar su labor preventiva de vialidad, pero también podrán realizar arrestos en apoyo a la secretaría de Seguridad Pública.
Se informó que a los agentes viales se les entregaron armas que se utilizaron en la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM), la cual recientemente recibió nuevo equipo.
La pregunta:
¿Qué opina de que ahora los agentes de tránsito realicen su labor armados y que puedan realizar detenciones preventivas (en apoyo a Seguridad Pública)?
Opiniones:
La implementación de toda política por parte de cualquier gobierno siempre genera una división de opiniones provocada por el contexto bajo el cual las personas nos hemos formado (cultura, educación ética, etc.). Es decir, resulta improbable lograr el consenso tanto en su diseño, en su implementación y en los resultados que aquella arroja. en estos últimos días Secretaría de Seguridad Pública (SSP) anunció una nueva política: armar a los agentes de vialidad.
Esta política es una respuesta al incremento de la violencia en el municipio, el cual se viene dando desde principios del presente año, alcanzando sus niveles más altos en los últimos tres meses, concretamente en el tema de homicidios. Por las declaraciones que ha realizado el Secretario de seguridad pública, al parecer, el fundamento de esta política es que los agentes de tránsito son preventivos.
Al parecer esta política carece de un diseño y es fruto de una ocurrencia más que de un estudio serio, de un análisis del fenómeno que se presenta en el municipio. Lo que evidencia la carencia señalada son varios factores: los agentes fueron equipados con armas, pero no con más aditamentos que garanticen su seguridad; no recibieron la capacitación necesaria a la hora de intervenir en la prevención del delito; no conocen el nuevo sistema de Justicia Penal, entro otros.
Al carecer de un análisis serio, no podemos señalar que sea la política indicada para dar solución a la problemática que enfrentamos en la localidad. Quizá la solución sigue estando en la difusión de programas para prevenir la violencia, en el fortalecimiento de los valores, en velar por la integración familiar.
Ramón Enrique Rodríguez/ Lic. en filosofía/ Grupo Caridad y Verdad
Considero esta medida un poco desesperada de parte de nuestras autoridades, dadas las circunstancias por el repunte en la violencia que nuevamente estamos viviendo.
Pienso que (los agentes de vialidad) no están bien preparadas para asumir esta doble actividad. Es muy importante que conozcan bien el reglamento y qué criterios habrán de tomar en cuenta para detener un vehículo o una persona, si por una infracción o una revisión de rutina, como dicen ellos. Si mal no recuerdo en administraciones pasadas se tomó también esta medida sin éxito.
En el aspecto de que estén armados, le comento que he vivido en cuatro diferentes ciudades y estados, y siempre vi a los oficiales de Tránsito armados. Ha sido en esta frontera donde los han desarmado. Sé que por los motivos de altos índices de violencia que hemos vivido, y por seguridad de los mismos, se llegó a tal desarme.
En mi muy particular punto de vista, necesitamos policías y agentes de Tránsito bien capacitados, plenamente identificados y con su uniforme y equipo necesario para desarrollar su actividad. Y desde luego bien pagados, para que el cáncer de la corrupción no los contamine.
Alfredo Barraza/ Movimiento de Cursillos
Considero que no es correcto, entendiendo que su labor principal es la de vigilar que las leyes de tránsito se cumplan, por lo que su trabajo es preventivo, y cuando es preventivo y se está bien capacitado, no hay necesidad de que estén armados. Sabemos que desafortunadamente, y debido a la corrupción, esto se vuelve una labor peligrosa cuando no se sabe tratar a la ciudadanía. Pienso que si se les da un arma, se agravaría la situación, no la resolvería, pues conociendo nuestra realidad, creo que se incrementarán los abusos por parte de esta autoridad y dejarían de lado su principal objetivo, que es evitar accidentes y regular el transito vehicular.
Sin embargo sí creo que los agentes de tránsito deben estar en colaboración con la Policía Municipal, pues al encontrar alguna irregularidad en la que peligre su integridad, deben saber intervenir de la manera adecuada y reportarlo de inmediato para ser apoyados o para que los expertos se hagan cargo de la situación.
La violencia no se combate con mas violencia, menos cuando se está en un estado de pánico y miedo socializado, cuando cualquier pretexto se considerará correcto para sacar el arma. Creo que eso es someter a nuestra ciudadanía a un mayor grado de ansiedad, lo cual considero se reflejaría en un incremento de violencia psicosocial y suicidios.
María Blanca Cereceda Santana/Comunidad para la paz y el perdón, AC
Es parte del ambiente de violencia que estamos teniendo, pero yo exhortaría a los agentes a que siempre fueran amables, honestos con sus detenciones, que fueran objetivos, el ambiente quizás provoca que se armen, pero como en todo, puede haber abusos, situaciones de autoritarismo.
Espero que también los estén capacitando para que sean lo más objetivos, amables a la hora de su trabajo, pero todo lleva el riesgo.
Pbro. Salvador Magallanes/ Párroco de San Judas Tadeo
Pudimos leer con tristeza hace algunos meses de un acontecimiento donde unos agentes de tránsito eran baleados. Pensando en este hecho y por tanto en la seguridad de los agentes, podía argumentar que la decisión fue buena.
Sin embargo, creo que sería mejor apostar por una sana cultura vial donde no sólo los que conducimos nuestro automóvil respetáramos las normas viales, sino también los agentes de tránsito ayudaran a una eficiente fluidez vial.
Aún recuerdo la vez que fui amonestado por el sheriff en El Paso: me detuvo, me preguntó si sabía que iba a exceso de velocidad, pidió mi identificación, la verificó en el Sistema, volvió y me advirtió que ponía en riesgo mi vida y la de los demás al conducir en alta velocidad, me despidió y pidió que condujera más prudentemente.
Considero pues, que apostar por la civilidad y la formación integral de nuestros caminos, es el camino.
Pbro. Héctor Aguilar / Párroco de San Martín Obispo