Con el objetivo de informar y formar a las parejas y matrimonios sobre la importancia de enfrentar la esterilidad, el padre Juan Carlos López impartió la plática “Esterilidad conyugal”, el pasado viernes 19 de agosto en la parroquia San Francisco de Asís.
Invitado por el padre Alfonso García, párroco de San Francisco, el padre Juan Carlos expuso el tema que fue su tesis de la licenciatura en Teología Moral con especialidad en Bioética, la cual recientemente concluyó en Roma.
“Cuando el padre expuso esta reflexión en el presbiterio la consideré apropiada para nuestras comunidades, para que los laicos comprometidos tengan este conocimiento y puedan dar una respuesta a dudas”, dijo el padre Alfonso.
Iglesia habla
En su charla, el padre Juan Carlos compartió que encontró motivación para hacer esta tesis en el hecho de que la Iglesia ya ha dicho mucho a las parejas que pudiendo tener hijos, no quieren tenerlos, pero muy poco ha dicho a las parejas que quieren tener hijos y no pueden, que son muchas, aclaró.
El sacerdote, con especialidad en Bioética médica, dijo que empezó a investigar en un documento de Joseph Ratzinger y aclaró que el primer papa que dijo algo a las parejas que no podían tener hijos fue Pío XII, en 1952.
Explicó que las técnicas de reproducción asistida no se pueden usar y aclaró que no es lícito ningún tipo de fecundación artificial para la Iglesia, que desde entonces ha dicho no a estas técnicas.
Preguntó a los asistentes si la gente se casa nada más para tener hijos y él mismo respondió que se casan porque se aman. A la vez advirtió que las parejas luego “echan a perder” su cuerpo con anticonceptivos, alcohol, tabaco, mala alimentación, lo que a veces provoca esterilidad.
“Los hijos son fruto, una base que sostiene el amor conyugal, entonces lo que importa en el matrimonio es el amor de los esposos, y ya después ese amor produce hijos, y si no los produce, el amor producirá otra cosa”, dijo.
Fecundidad conyugal
Aseguró la fecundidad conyugal significa la capacidad de crear vida, pero que sería injusto pensar que el que no tiene hijos no es fecundo, pues aseguró que la fecundidad es mucho más amplia.
Como conclusión citó al teólogo José Granados:
“Un matrimonio biológicamente estéril se debe preguntar si su amor conyugal es fecundo por el amor entre esposos”, dijo.
Y puntualizó: “La pregunta es ¿Cómo, en qué, en dónde o en quién expreso la fecundidad de mi amor?. Ese es el trabajo de los esposos que no pueden tener hijos fisicamente, responderse cómo su amor va superar las barreras para transformarse en algo fecundo”.