Claudia Iveth Robles G.
“¡Viva la Virgen de Guadalupe!” gritaron fuerte los antorchistas guadalupanos que el pasado domingo 11 de diciembre realizaron su segundo recorrido con la imagen de la Virgen de Guadalupe, para ofrecer oración y sacrificios a la Madre de Dios en su advocación mexicana.
El contingente de la Antorcha Guadalupana, integrado por el grupo pastoral “Voz de Yavéh”, de la parroquia de San José Lomas, recorrió este año 15 kilómetros, en medio de porras y vítores de los guiadores o transeúntes con los que se toparon en el recorrido guadalupano que realizaron.
Como se informó hace un año, cuando se realizó por primera vez, la Antorcha Guadalupana tiene como objetivo ofrecer oraciones, rezo y sacrificio a la Virgen de Guadalupe en su día.
El grupo inició su recorrido muy temprano en la Catedral. Ahí encendieron el fuego de la antorcha y se dispusieron a caminar a las primeras parroquias que visitarían: Nuestra Señora del Sagrado Corazón, La Santísima Trinidad y la Capilla Jesús el Señor.
A lo largo del día recorrieron otros templos: Jesús el Salvador, Jesús Príncipe de Paz, Capilla Nuestra Señora de Guadalupe, María Madre de Dios, Cristo Sumo y Eterno Sacerdote para concluir en San José de Lomas.
Rezaron Santo Rosario
Al llegar a cada una de las parroquias o capillas, los jóvenes ingresaron con la antorcha y la imagen de la Virgen de Guadalupe y rezaron el Santo Rosario.
Claudia y David coordinadores del grupo Voz de Yaveh, compartieron que en este segundo año ha sido gratificante ver la fortaleza de los participantes, que hacen un recorrido por la ciudad, caminando durante 12 horas continuas.
“Es un reto, aguantar tanto tiempo caminando con el sol, con el frío, pero es reconfortante, porque dentro del cansancio, nos encontramos con oración, con alabanza, con la unidad, y sobre todo con las muestras de fe de la gente que nos observa en la calle”, dijo Claudia. David agregó: “El año pasado fue la primera, la fe es la que nos mueve a seguir. A los chicos se les ve reflejada esta fe y este año se nos ha unido más gente que el año pasado. Es una experiencia muy padre”.
Esperanzados en dejar un mensaje de amor y de oración, los coordinadores de la Antorcha concluyeron:
“Nuestros jóvenes están convertidos en antorchitas, desde ahí empieza la misión. El antorchista es ese mensajero águila que lleva un mensaje hacia los demás y en esta ocasión es una mensaje de luz, de amor, de paz para nuestra ciudad y las comunidades que estamos visitando”.