nte la protesta e inconformidad de organizaciones civiles y colectivos, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) realizó el pasado 28 de agosto una consulta pública con el fin de evaluar la propuesta de Modificación del Programa de Manejo del Área Protegida de la Flora y la Fauna en Medanos, Samalayuca.
La inconformidad de las organizaciones civiles se debe a que está proyectada la construcción de una mina de explotación de cobre con recursos de un grupo canadiense-mexicano.
La inconformidad de las organizaciones civiles se debe a que está proyectada la construcción de una mina de explotación de cobre con recursos de un grupo canadiense-mexicano.
Realizada con el apoyo de la Coordinadora de Investigación del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, la consulta incluyó mesas
de trabajo en las cuales se presentaron a los asistentes diferentes aspectos de la propuesta.
Pero mientras que para los consultores, dicha mina es una oportunidad de desarrollo que los mismos pobladores avalan, para las organizaciones sociales, no es así.
Posturas encontradas
En una carta abierta publicada el pasado 22 de agosto, organizaciones de la sociedad, entre ellas la Pastoral Obrera, expusieron sus preocupaciones por el proyecto dado que los Médanos de Samalayuca fueron declarados zona protegida en 2009 por ser es uno de los sitios que contiene ecosistemas representativos y alrededor de 248 especies de plantas y 154 especies de fauna.
Para estas organizaciones, la consuta fue sólo una simulación.
“En el 2011 la Semarnat prohibió la mina por el riesgo de contaminación. El agua de Conejos Medanos es la que alimenta a Ciudad Juárez, Samalayuca y San Jerónimo. Esa área protegida es única en México y en América, su flora y su fauna…se supone que debemos creer que no pasará nada con una mina que utiliza arsénico y ácido sulfúrico”, cuestionó, Elizabeth Flores, directora de la Pastoral Obrera, que se unió a la protesta.
Las organizaciones exigieron una verdadera consulta pública que informe a todos los sectores de la población sobre la propuesta.
“Se necesita un año o más para que la gente se informe y dé su opinión. Una vez que se informe y se conozca el riesgo, que haya mesas de diálogo. Que se nos explique por qué se va a modificar el programa, y no para el turismo, sino con una mina a cielo abierto”, pidió la abogada y aludió a la nueva encíclica del Papa, Laudato Si, recientemente publicada.
“Ante esa inminente tragedia, no sólo ambiental, sino humana, Laudato si nos interpela sobre el sentido de la existencia y el valor de la vida social: «¿Para qué pasamos por este mundo? ¿para qué vinimos a esta vida? ¿para qué trabajamos y luchamos? ¿para qué nos necesita esta tierra?»: si no nos planteamos estas preguntas de fondo -dice el Pontífice – «no creo que nuestras preocupaciones ecológicas puedan obtener resultados importantes».
Hablan consultores
Por otra parte, los consultores afirmaron que los inversionistas tienen el propósito de beneficiar a la comunidad y están cumpliendo con los requisitos que presenta la normatividad en la actividad minera.
“Sabemos que las minas destruyen, pero ha cambiado mucho la legislación para la actividad minera. Las exigencias y la tecnología para esta actividad son muy diferentes”. dijo Irma Enríquez Anchondo, coordinadora de investigación de ICB de la UACJ.
“Los inversionistas tienen todo el propósito de beneficiar a la comunidad y al medio ambiente”, agregó la academica para luego asegurar que los inversionistas han mostrado una actitud responsable.
“Hay una normatividad que dice que si esa actividad ya se había desarrollado puede volverse a realizar, por eso se puede permitir. Es una oportunidad de desarrollo”, explicó.