Claudia Iveth Robles
La comunidad de la parroquia San Pedro y San Pablo celebró con gran alegría la fiesta de la conversión de San Pablo Apóstol, que la Iglesia recuerda el 25 de enero como memoria de la fe y el amor a Cristo que predicó el llamado “apóstol de los gentiles”.
Fue el pasado martes 23 de enero cuando el obispo don J. Guadalupe Torres celebró la Eucaristía festiva, acompañando así al padre Benjamín Cadena, párroco de la comunidad, así como al padre Humberto Gurrola, vicario parroquial y al diácono Benito Flores.
Previo a la misa, la comunidad participó en una “Semana de catequesis” sobre la vida y obra de san Pablo, con la participación de sacerdotes del Seminario, entre ellos el padre Alberto Castillo y el padre Juan Manuel Orona, quienes hablaron sobre la conversión del apóstol y su espiritualidad misionera.
Camino de conversión
En su homilía, el obispo don José Guadalupe Torres Campos dijo que en la fiesta de la conversión de San Pablo los fieles celebran la propia conversión, “ya que todos estamos llamados a convertirnos y a estar siempre en constante conversión”.
“Porque caigo, porque peco, porque me alejo de Dios, porque soy malo… pero Dios es bueno y misericordioso y nos sigue dando su luz, nos sigue hablando constantemente”, dijo el obispo tras invitar a los fieles a seguir en el camino de la conversión.
Explicó que la conversión lleva también a la comunidad parroquial a un compromiso misionero y evangelizador, como una comunidad que cumple la voluntad de Dios.
“Hay que vivir la meditación, la oración, el diálogo constante con Dios, la formación… instruirse en las cosas de Dios y el conocimiento de Cristo, para luego ser apóstoles”, dijo.
Finalmente el obispo exhortó a sacerdotes y fieles a ser una comunidad misionera que sirve, ayuda y transmite su fe en servicio a los demás, así como a promover que en ese sectore reine la Paz y el amor de Dios.
Al final, el padre Benjamín Cadena agradeció la presencia del obispo don José Guadalupe Torres Campos y le reiteró el deseo de su comunidad parroquial cumplir el mandato que comenzó el apóstol san Pablo.