Extranjeros radicados en Ciudad Juárez nos comparten las tradiciones navideñas de sus respectivos países y nos cuentan cómo celebrarán estas fiestas ahora que viven en esta frontera.
Claudia Iveth Robles
Martin y Anna Herda tienen cuatro meses de casados, y en lugar de disfrutar de una luna de miel en alguna playa, decidieron hacer algo totalmente distinto.
Quisieron salir de su país natal, República Checa y aventurarse en una misión como voluntarios de la Obra salesiana.
Fue así, como, sin pensarlo, hace tres meses llegaron a Ciudad Juárez.
Con 24 y 22 años de edad, respectivamente, Martin y Anna han podido adaptarse poco a poco a la cultura mexicana- fronteriza que les ofrece Ciudad Juárez y hoy pudieron compartir con Periódico Presencia cómo son sus tradiciones navideñas.
Martin es sobrino de un sacerdote salesiano, quien les habló de las misiones que realizan en África, India, Ecuador y México. Eligieron venir a México y finalmente optaron por esta Ciudad, donde apoyan los servicios en los tres oratorios salesianos: Domingo Savio, Don Bosco y Lupita.
Navidad intensa
Gratamente sorprendidos por la amabilidad de la gente de Ciudad Juárez, así como por su alegría y la pasión con la que viven su día, los jóvenes compartieron que en su país, la Navidad se celebra con más intensidad el día 24 de diciembre
Con dificultad para hablar español, pues hace tres meses que llegaron no sabían nada, Martin y Anna relataron que parte de la comida tradicional que se ofrece en su país para la Navidad, es una sopa de pescado, y como plato fuerte, un pescado empanizado (carpa de agua azul), acompañado de ensalada de papas con verduras.
Después de la cena se acostumbra comer pequeños dulces, tipo repostería que se preparan solamente en Navidad.
La pareja, que además de asistir a los oratorios salesianos también ofrece acompañamiento a niños y jóvenes infractores recluídos en el Centro de reinserción social para adolescentes infractores (Cersai), aclaró que en su país no conocen los tamales o el pozole y la cena de Navidad se sirve entre 7 y 8 de la noche.
“Se cena, se come el dulce y se intercambian los regalos, que son puestos en un pino natural y que son traídos por ‘Jesusito’, como le llamamos allá al Niño Dios”, dijo Martin.
Luego de que se abren los regalos, toda la familia asiste a la misa que tradicionalmente se celebra a las 12 de la medianoche, y es una Eucaristía especial con orquesta, que al final interpreta canciones de navidad,
Ya cuando la familia regresa a casa, convive durante un rato y el día 25 se acostumbra a visitar al resto de los familiares.
Los jóvenes aclararon que en República Checa no existe Santa Claus, y que este tiempo de previo a la Navidad, Adviento, generalmente se promueve la reflexión en familia.
Su Navidad en Juárez
Nostálgicos porque extrañan a su familia que es muy numerosa ( cada uno tiene cinco hermanos), Martin y Anna compartieron que esta Navidad la pasarán con los muchachos del Cersai.
“La idea de los sacerdotes salesianos es celebrar con los chicos de Cersai todo el día y posiblemente dormir allá”, dijeron.
Y aunque añoran la nieve y el olor a pino que en esta temporada disfrutan en su país, los muchachos valoran mucho su estancia en Ciudad Juárez, y están seguros que cuando regresen a su patria, en mayo próximo, van a extrañar todo de aquí, “como las piñatas:”, dijo Anna.
“Estos cuatro meses para nosotros han sido una experiencia muy buena. En la República Checa somos estudiantes y tenemos que trabajar , no tenemos tiempo para nosotros y ahora podemos estar juntos… y aunque pasemos momentos difíciles aprendemos uno del otro”, concluyeron al hablar sobre los retos que les representa estar lejos de su hogar.