Asunto:
Armas en Universidades en Téxas
Autoridades de educación aprobaron el uso de armas en los campus universitarios públicos de Texas. La ley que lo permite, se aprobó justo el mismo día del aniversario número 50 de un tiroteo masivo en una universidad texana.
En virtud de la nueva norma, cada universidad pública de Texas permitirá el porte disimulado de un arma de fuego, ya se a amaestros, alumnos o empleados, pero puede limitar el lugar en las que se aplica. Las universidades privadas no están incluidas en la ley.
Pregunta
¿Qué opina de la nueva ley en el Estado de Texas que autoriza a alumnos, profesores y trabajadores portar armas en las universidades públicas? (vigente a partir del 1 de agosto)
Opiniones:
1.El argumento de poder defenderse de los delincuentes ha sido, en la historia, resuelto con policías preventivos, con el control de la venta de armas, de licores y drogas.
2.En Estados Unidos predomina la cultura de la muerte y por ello, su mejor negocio es la Guerra en grande y en pequeño. Venden balas, anticonceptivos y promueven el aborto.
3.Creo que están haciendo todo eso como parte de su deseo de matar la moral y a Dios, aunque se proclamen religiosos.
4.Es insensato que una Universidad, fuente de la cultura, la ciencia de la vida, se deje llevar por el miedo que siembran los poderosos sólo con dinero.
Del tamaño de miedo es la pistola, la seguridad y la fe
Pbro. Efrén Hernández, párroco de La Sagrada Familia
La ley SB11 que permite a las personas portar armas dentro de la universidad, con un debido permiso y entrenamiento, ha sido promovida a nivel nacional por grupos a favor de las armas y han usado principalmente dos razones para promoverlas que incluyen los tiroteos masivos en universidades y las ofensas sexuales hacia las mujeres. Estos grupos infieren que si los estudiantes y profesores portan armas y se presentan estos casos, entonces se podrían defender de los ataques y posibles violaciones.
A pesar de que ellos muestran evidencia para justificar estas leyes, existe evidencia de que el portar armas no es tan efectivo como se piensa. Datos en los estados donde se permite la portación de armas en las universidades, específicamente los casos de Colorado y Utah, los niveles de crimen y violaciones han incrementado y tienen porcentajes más altos que la media nacional. El portar armas también incrementa el riesgo de tener accidentes en donde se disparen las pistolas por descuidos. Es suficiente con buscar en internet accidentes de armas en universidades para darse cuenta que estos incidentes se han presentado y presentan un riesgo para las personas cercanas cuando ello sucede.
Otro tipo de incidentes que se presenta en universidades donde se permite la portación de armas es que varias discusiones entre estudiantes han terminado en balaceras u homicidios debido a que los estudiantes consumen alcohol, discuten, se enojan, van por sus pistolas y disparan.
Por último, el asumir que una persona que porte algún arma con el permiso adecuado y esté presente en alguna situación en donde se lleve a cabo una matanza, y que por portar esa arma pueda neutralizar al homicida, es impreciso.
Se han hecho estudios y se ha analizado hechos pasados en donde estas personas tienden a ser asesinadas primero, se lastiman, o lastiman a otros al intentar defenderse. Personas expertas en la seguridad reportan que se necesita bastante entrenamiento y de manera continua para manejar este tipo de situaciones y no basta con que alguna persona porte un arma con algún tipo de entrenamiento básico. Creo que es necesario analizar la evidencia de investigaciones y los datos de las universidades en donde se ha permitido el uso de armas y ver la efectividad y riesgos de la medida además de pensar en otras alternativas para manejar este tipo de situaciones. La evidencia sugiere que se puede tener más riesgos que beneficios el permitir portar armas en universidades.
Dr. Oscar Armando Esparza Del Villar/ Profesor-Investigador del programa de psicología de la UACJ. licenciatura, maestría y doctorado de UTEP.
No vivo en Estados Unidos. No sé cómo puede resolverse el desajuste psicológico que viven algunos ciudadanos que de cuando en cuando sorprenden con armas de alto poder, alguna escuela, cine, esquina…
Pero sé que la solución no está en “armar” al resto de la población para estar dispuestos derribar al próximo agresor que anda por allí.
Sin embargo, la Unión Americana siempre ha consentido que su población esté armada. Es un país con un sistema en constante guerra exterior por intereses económicos y en imperceptible guerra interior por desinterés en el vacío de sentido que vive un segmento no mínimo de su población: los jóvenes.
Soy testigo de cuanta atención ponen al desarrollo de la niñez y me parece evidente la desatención a su juventud.
El problema de fondo no es portar el arma en la escuela.
El asunto es que cualquier mayor de edad puede adquirir un arma. Y las marcas de consolas de video venden millonadas de “juegos para niños y adolescentes que quieren aprender a matar en realidad virtual. Soldaditos, pistolitas sofisticadas y video juegos son el campo de entrenamiento vespertino de una gran parte de la niñez norteamericana y de nosotros sus consumidores vecinos.
No nos extrañe que después de usar tantas armas virtuales, los hijos pidan o compren a escondidas armas reales, en mercados abiertos o en mercados de la red.
Pbro. Istibal Valenzuela, párroco de San Isidro.
Se nos pregunta la opinión de la Casa Tabor al respecto. Estamos en contra. Esta ley obedece la paranoia de inseguridad creada en el público de los EEUU por intereses políticos y económicos desde el 9-11. Sí es cierto que hay ataques criminales con armas en escuelas y sitos públicos, pero el remedio no es armar más personas particulares. Aparte de tales ataques, los muertos por armas en los EEUU, sea por accidente o crimen, ya es un escándalo mundial.
Fuerzas policiacas no quieren que se multipliquen armas en la población, y menos en jóvenes quienes resuelven sus riñas y disgustos con violencia. Además, se exige personas muy bien entrenados para anticipar y repeler un ataque, sin crear confusión ni más muertos. Más adecuadas son las propuestas de ley, todavía frustradas en el Congreso, de control sobre la venta de armas. Casi 90 por ciento de la población apoya un registro de personas que no están de acuerdo con que se permita un arma, pero la propuesta está bloqueada en el Congreso. El bloque político: la National Rifle Association, el comercio de armas, y la industria militar detrás, constituyen un poder imponente.
Pbro. Pedro Hinde, OC/ Hna. Betty Campbell, RSM