- Aquí un resumen de los logros alcanzados en 2019 y las proyecciones para el trabajo que se hará en 2020, rumbo al Plan Diocesano de Pastoral
Ana María Ibarra
Dar inicio al trabajo pastoral del esquema que la Conferencia del Episcopado Mexicano ha trazado, dirigidos por un laico y con la participación de más del 50% de las comunidades parroquiales, son los logros que como diócesis se obtuvieron en el 2019.
Ahora, en el 2020, se inicia con objetivos planteados de cada comisión y dimensión, así como con el calendario de trabajo a seguir.
En comunión con la CEM
El primer objetivo logrado durante el año 2019, dijo el padre Mario Manríquez, vicario de pastoral de la diócesis, fue entrar en comunión con la Conferencia del Episcopado Mexicano adoptando el esquema de trabajo pastoral que ha sido sugerido por los obispos de México.
“El señor obispo, don J. Guadalupe Torres Campos, desde el pasado 2015, cuando él llegó, propuso el esquema de trabajo de la CEM a toda la diócesis como una oportunidad de entrar en comunión con la CEM, es decir, con toda la Iglesia que peregrina en México”, dijo el sacerdote. Agregó que la diócesis ha logrado aprender ese esquema de trabajo lo que es una gran riqueza para la diócesis.
“Estamos atrás de las diócesis que empezaron en el 2010, pero vamos bien. No se trata de una copia de modelo de pastoral sino de implementar las comisiones y dimensiones como se trabaja en la mayoría de las diócesis de la República. Es un ejercicio de humildad trabajar en comunión con las otras diócesis y con nuestra propia provincia”, señaló.
Términos como comisiones, dimensiones, sinodalidad, interlocución, transversalidad, explicó el padre Mario, son palabras y términos que a mucha gente le son novedad.
“Es un primer logro, una primera satisfacción, haber entendido este esquema de trabajo con dimensiones y comisiones como lo encargó el señor obispo”.
Dirigidos por un laico
Un segundo logro, por demás importante, resaltó el vicario de pastoral, es que este esquema de trabajo está siendo dirigido por un laico.
“El ingeniero Arturo Adame es quien dirige toda la estrategia del plan de pastoral en cuanto a metodología. Los contenidos teológicos y doctrinales los aporta la vicaría y cada uno de los encargados de comisiones y dimensiones en la diócesis. Es un ejemplo maravilloso de trabajo en común con un laico, cosa que es importante subrayar”, resaltó.
Agregó que, si bien, no es fácil entrar un esquema dirigido por un laico después de que por muchos años se ha dirigido la pastoral por sacerdotes, se ha logrado reconocer que hay laicos que pueden hacerlo de una manera muy cualificada.
“Me da mucha satisfacción, como encargado del proyecto de pastoral, tener este respaldo, este soporte, esta guía y todo lo que nos enseña el ingeniero Adame, porque al ser una persona tan involucrada en la industria maquiladora nos enseña esta metodología de trabajo que nos permite entrar en comunión con la industria maquiladora y abre una puerta muy grande para la Iglesia”.
Añadió que aprender estas formas de trabajo ha sido un esfuerzo bueno y positivo.
“Es necesario que nos abramos a este lenguaje más técnico, más concreto, que nos hace avanzar en una dirección muy clara hacia el logro de nuestros objetivos”.
Buena participación
Otra satisfacción de este primer año de trabajo pastoral, compartió el padre Mario, es que poco a poco las parroquias se han ido sumando a este proyecto.
“Don Guadalupe ha sido muy respetuoso del caminar de cada parroquia y de la manera en que el párroco, la va dirigiendo. No se hizo una exigencia obligatoria la asistencia a la asamblea, ni la participación en comisiones y dimensiones, sino que se ha dejado que el párroco vaya llevando el proceso de su parroquia y se vaya incorporando a su tiempo, a su ritmo al proceso diocesano”, explicó.
El sacerdote dijo que esto es un ejercicio de mucho respeto de parte de don Guadalupe y de mucho apoyo a los párrocos en reconocimiento de la labor que vienen realizando.
“Gracias a Dios se han sumado 55 parroquias de las 80 que hay. Este número es muy positivo. Logramos incorporar a la mayoría de las parroquias de la diócesis”, dijo emotivo.
El padre Mario dijo tener la esperanza de que con el tiempo los párrocos vayan cerrando ciclos y los procesos pastorales en los que están muy comprometidos y logren sumarse al proyecto de pastoral para entrar en plena comunión a este esquema.
“Confío plenamente en que los párrocos y sacerdotes de nuestra diócesis pronto se sumaran en su totalidad a este proyecto, porque nos unifica, nos fortalece y nos permite avanzar juntos en la consecución del objetivo general de la diócesis ya planteado por el presbiterio y aprobado por el obispo”.
¡Listos para continuar!
Después de subrayar estos tres puntos como lo más trascendente de esta primera etapa del proyecto de pastoral, llamado modelo de situación del método prospectivo, el padre Mario se dijo contento con la participación de la comunidad diocesana en la última asamblea de pastoral llevada a cabo en el mes de noviembre.
“Esta es la primera de cuatro etapas. La participación de la comunidad en la pasada asamblea de pastoral de noviembre fue muy entusiasta. Habíamos en la parroquia el Señor de la Misericordia más de mil personas de 55 parroquias de la diócesis y eso fue muy positivo. Hay cosas por arreglar, por amarrar todavía”, reconoció.
Compartió que ya se cuenta con el calendario para este año 2020 de asambleas y reuniones, por lo que dijo que es necesario que quienes están involucrados sigan participando para seguir el proceso dentro de la Iglesia y planeación.
“Que el Señor nos conceda un feliz año 2020 para seguir este trabajo para el bien de nuestra querida Diócesis de Ciudad Juárez, de nuestro querido presbiterio, nuestros queridos laicos y también de aquellos que no profesan la fe católica pero que servimos con mucho amor, con mucha alegría, como debe ser”, finalizó.