Diana Adriano
La familia del Seminario Conciliar de Ciudad Juárez ofreció una Santa Misa el pasado viernes 19 de abril, en agradecimiento especial a las familias anfitrionas que abrieron sus hogares para recibir a estudiantes de los Seminarios de Toluca, Chihuahua, Parral, Tarahumara y Durango que participaron en los Inter Seminarios 2024 realizados hace una semana en esta diócesis.
La Santa Misa se llevó a cabo en la Capilla Central de esta casa de formación.
Durante la celebración, el padre Jesús Manriquez, rector del Seminario Conciliar, expresó su profundo agradecimiento a las familias anfitrionas por su generosidad y hospitalidad, que permitieron un intercambio fructífero entre los seminaristas.
Destacó el espíritu de unidad y colaboración que caracterizó a los Inter Seminarios de este año, fortaleciendo los lazos entre las diferentes diócesis y enriqueciendo la formación de los futuros sacerdotes.
Entrega desinteresada
Luego de la lectura del Evangelio, el rector destacó lo valioso de la hospitalidad y la comunión durante los Inter Seminarios 2024 en Ciudad Juárez.
Expresó su esperanza en que los seminaristas, acogidos como parte de las familias anfitrionas se hayan comportado con bondad hacia sus anfitriones.
En un momento especialmente significativo, el padre Manriquez invitó a todos a reflexionar sobre el simbolismo de la Eucaristía, donde las familias anfitrionas se convirtieron en el pan y vino, -Cuerpo y Sangre de Cristo-, para alimentar espiritualmente a los jóvenes que buscan responder al llamado al ministerio sacerdotal.
Dijo que esta experiencia permite que cada uno se convierta en un reflejo de la presencia viva de Dios en el mundo, anunciando su amor a través de acciones y palabras.
El rector del Seminario instó a todos los presentes a unirse en acción de gracias, reconociendo la transformación espiritual que se vivió durante el evento Inter Seminarios, y a continuar siendo instrumentos de la presencia divina para aquellos que buscan el camino del servicio pastoral.
“Que así cada uno de nosotros, transformados en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, podamos anunciar al mundo que Dios está Vivo, a través de actos y palabras”, dijo.
Momento de convivencia
Al concluir la celebración Eucarística, en el vestíbulo se llevó una sencilla, pero significativa convivencia con un pequeño refrigerio, como muestra de aprecio y agradecimiento.
El rector animó a los presentes a preguntar a los seminaristas sobre sus experiencias durante los torneos:
“Pregúnteles a los seminaristas cómo les fue, cuántos goles metieron, cuántas canastas encestaron, cuántas piernas se rompieron. Todo lo que ustedes quieran saber”, dijo para promover un ambiente de camaradería y cercanía entre todos los participantes, después de días de intensa actividad académica y deportiva.