- Durante tres días, los agentes de pastoral trabajaron para diagnosticar la realidad que se vive en la Iglesia local en diferentes dimensiones pastorales… fue un paso más en el camino hacia el Plan Diocesano de Pastoral
Ana María Ibarra
Con la participación de cientos de laicos, sacerdotes, religiosas y religiosos, se llevó a cabo la III Asamblea Diocesana. En esta ocasión no fue una asamblea celebrativa ni festiva, sino una asamblea de trabajo donde los agentes de pastoral, divididos en 14 dimensiones, trabajaron sobre el “modelo de situación”.
La asamblea se realizó en el templo parroquial del Señor de la Misericordia los días 25, 26 y 27 de noviembre.
Días de trabajo
Definir la situación actual en que se encuentra cada dimensión, fue el propósito de la asamblea donde las respuestas de los asistentes a preguntas concretas, arrojaron información que permitirá posteriormente encaminar de manera objetiva los trabajos de la diócesis para lograr el Objetivo General.
Durante el primer día, los coordinadores de cada dimensión y los agentes de pastoral de las distintas parroquias, formularon el objetivo de su dimensión.
La siguiente tarde, el trabajo fue también muy arduo, ya que con su participación se pudo obtener una visión de la experiencia dentro de la dimensión pastoral en la que están involucrados.
Otro momento del segundo día de trabajo fue realizar un análisis del FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas) en cada dimensión, identificando las características más objetivas de su situación actual.
Entusiasta y veraz fue la aportación de cada uno de los participantes, quienes en todo momento se vieron activos y esperanzados en lograr un trabajo en conjunto, unidos como Iglesia.
Motivados también estuvieron los sacerdotes encargados de cada dimensión y los equipos diocesanos que llevaron a cabo las actividades en cada grupo.
El tercer día de la asamblea, en una plenaria se presentaron los objetivos de cada Comisión, así como los objetivos y Modelos de situación por cada dimensión y se concluyó con una misa de acción de gracias presidida por el obispo diocesano, don J. Guadalupe Torres Campos.
A continuación presentamos los comentarios de algunos de los agentes de pastoral participantes:
Dimensión Familia
Como matrimonio nos sentimos contentos de participar. Vimos diferentes situaciones que se presentan, las amenazas de la familia, pero también descubrimos las fortalezas y oportunidades que tenemos para reconocer qué ofrecemos como Iglesia Católica.
Lo primero que descubrimos es que todos pasamos las mismas situaciones, pero estamos encerrados en nuestro propio grupo. Esta es una buena oportunidad de unidad. Hay mucho entusiasmo y muchísima experiencia de todos los participantes.
Entre las amenazas encontramos: la falta de sacramento en los matrimonios o divorciados vueltos a casar que no saben que pueden integrarse a la Iglesia; el bombardeo de información de ideología de género y las leyes en contra de la vida.
Con metas lograremos que mejore nuestra Iglesia, dando integración a todas las familias sin importar cuál sea su situación sacramental. Se darán a conocer las líneas de acción para lograr el objetivo.
Ariel Murillo y Blanca Sánchez/ Asambleas de matrimonios, El Señor de la Misericordia.
Dimensión Juventud
Hemos visto la realidad de los jóvenes a nivel parroquial, decanal y en la diócesis. Los jóvenes están muy afectados por las cosas externas, pero también muchas veces por situaciones internas en las parroquias. En una lluvia de ideas descubrimos lo que se está viviendo para así llegar al objetivo de pastoral juvenil.
En la realidad de los jóvenes de la diócesis vemos jóvenes lastimados, aunque sean de Iglesia, viven una situación muy difícil y, gracias a Dios, ellos han decido acercarse a Él para poder mejorar.
Enriquece nuestro trabajo la preparación que estamos teniendo y, al conocer más la realidad, lograremos llevar directamente a los grupos todo lo que podemos hacer para mejorarla, no sólo en la parroquia, sino extenderla al decanato y la diócesis, para acompañar a los jóvenes y darles una formación adecuada,
Hna. Fabiola Tarín, OP/ Asesora de confirmaciones en la parroquia Nuestra Señora del Sagrado Corazón).
Nueva Evangelización y Catequesis
Tenemos muchas fortalezas en nuestras parroquias, en nuestra diócesis, sobre todo hay un compromiso laical en cuanto a la evangelización, hay muchos hombres y mujeres de fe que están dispuestos a trabajar con alegría en la construcción del Reino de Dios. El apoyo de los sacerdotes y religiosas en las distintas pastorales es una fortaleza. Valoramos mucho este esfuerzo que se hace del Plan Diocesano de Pastoral, lo trabajamos con mucha esperanza, nos va a unificar como diócesis llevando un mismo objetivo y rumbo, caminando todos juntos como hermanos. Descubro como elemento fundante la esperanza. En medio de cualquier situación, debilidad y fragilidad que tenemos como diócesis en esta pastoral, trabajamos con mucha esperanza. Ver a la Iglesia reunida, a los fieles, aquí trabajando, me llena de mucha esperanza. Las demás parroquias nos pueden enriquecer, a mi como sacerdote, a la parroquia en la que estoy a cargo, pero también mi parroquia puede enriquecer mucho desde la experiencia evangelizadora y misionera que tenemos ya en función.
Pbro. Jorge Iglesias, párroco Dios Padre
Dimensión Cáritas
Por recomendación de nuestros sacerdotes, la mayoría de los diáconos permanentes nos integramos a la Dimensión de Cáritas, Pastoral Social.
Con mucha seriedad y formalidad, hubo compromiso en el trabajo. La gente comprometida, hablando libremente de sus puntos de vista.
Se busca que se refleje la realidad, aunque no nos guste. Dos aspectos particulares fueron las debilidades y amenazas. Como fortaleza tenemos las redes sociales, los medios de comunicación, y los jóvenes. Pero en esto también encontramos amenazas, el mal uso y abuso de estos medios de comunicación, y el peligro que corren los jóvenes con la violencia, pero los jóvenes en las parroquias son una fortaleza para salir a cubrir las necesidades sociales, para atender todos estos aspectos que involucra la caridad. La desintegración familiar es otra amenaza. Hubo bastante opinión y aportación de la gente. Me sentí cómodo con mi aportación en el grupo, compartir con los demás.
Abraham Gutiérrez, diácono permanente.