Un negocio fallido llevó a Fernando Gutiérrez a un endeudamiento del cual creyó no podría salir. Sin embargo, su tenacidad y su fe lo llevaron a encontrar en la Palabra de Dios, todas las soluciones para su problema financiero.
Ana María Ibarra
Motivado por asociarse en un negocio, Fernando llegó a Ciudad Juárez con grandes expectativas, sin embargo, lo único que adquirió fueron deudas muy altas.
Después de este fracaso financiero, el entrevistado cayó en desesperación por haber afectado sus ahorros personales y especialmente a su familia.
Esta desesperación la encauzó positivamente y se dio a la tarea de buscar cursos, libros y asesorías con personas expertas en temas financieros de distintas partes del mundo, obteniendo información que lo llevaron a enumerar algunos pasos a seguir para salir de su conflicto.
“Realmente lo que me ayudó antes de la pandemia, durante la pandemia y después de la pandemia, fue un curso de finanzas bíblicas con Adriana Corona, de Guadalajara. Además de toda la investigación que hice, en la Palabra de Dios estaban todas las respuestas y logré salir adelante de mi situación financiera”, dijo emocionado.
Consciente de que existe mucha gente sumergida en problemas económicos, Fernando visualiza esta situación como una enfermedad.
“Me llegué a comparar con alguien que cae en la drogadicción. Es un problema del que no sabemos cómo salir y a la gran mayoría nos da pena reconocerlo, por eso estoy formando un grupo que se llama Deudores Anónimos, porque la gran mayoría no lo reconoce, no pide ayuda y le da vergüenza aceptarlo y platicarlo”, dijo.
Comparte aprendizaje
Con el deseo de compartir su experiencia y la solución a este conflicto, Fernando señaló que es importante tener una estabilidad financiera ya que Dios hizo todas las cosas con un orden.
“En varios libros de la Biblia se habla del dinero. En Proverbios, específicamente, habla de temas económicos. Es importante tener bien nuestras finanzas personas para seguir la voluntad de Dios que quiere que tengamos un orden en toda nuestra vida”.
Las finanzas ordenadas, agregó, ayudan también a que las personas tengan paz en su interior e incluso evita los divorcios.
El licenciado en administración financiera, reconoció que en ninguna de las materias que llevó durante su carrera enseñaron como administrar el dinero personal, pero con su investigación elaboró algunos pasos que compartió en la entrevista.
Con Dios y la familia
No obstante, aclaró que no basta con leer lo que en este semanario se plasme, sino que hace falta una profundidad, por lo que ofrece asesorías personales de manera gratuita.
“Cuando decidí compartir lo que aprendí, fui al Santísimo y me atreví a retar a Dios de que eso fuera verdad y el Señor respondió. Si alguien necesita apoyo en este proceso, con gusto les ayudo”, dijo.
Todo esto, resaltó Fernando, no hubiera podido lograrlo sin el apoyo incondicional de su esposa Paola.
“Ella también siguió estos pasos y me apoyo incondicionalmente tanto en las buenas y en las malas y poder salir adelante en las cuestiones financieras. Durante la pandemia el tener lo necesario es lo que una familia debe tener y eso es lo que nosotros tuvimos”.
Y para concluir envió el siguiente mensaje: “Si quieres mejorar tus finanzas no estás solo. Dios está contigo y él quiere que vivas bien y en abundancia”.
Para informes y asesorías escribir a los correos: emprendeatm@yahoo.com y deudoresatm@gmail.com
Pasos para tener finanzas ordenadas
- De todo ingreso libre, otorgar el 10% a la evangelización. Sea el Seminario, una parroquia, o cualquier proyecto que tenga que ver con la evangelización. Quien no da este 10% le roba a Dios, que es el principal socio. (Malaquías 3, 8-12). Es regresar un poco de los talentos que Dios da. Con orden empieza a rendir el dinero y llegan oportunidades.
- Hacer un listado de todas las deudas y eliminarlas.
- Durante un mes, anotar todos los gastos que se realizan, por mínimos que sean.
- Organizar y poner orden, por prioridades a los gastos. El 60% del ingreso es para vivir. El 10% se destinará a la evangelización, 10% para uso personal, 10% para ahorro, y 10% destinado a las deudas y si no hay deudas integrarlo al ahorro. (Para llevar a cabo este paso se puede buscar la asesoría)
- Buscar un ingreso extra.
- Con el 10% personal, invertir en cursos, capacitación, libros.
- Aprender a invertir lo poco o lo mucho que se está ahorrando.