Ana María Ibarra
Aún en medio del dolor que vive por la muerte reciente de su mamá, Damariz se siente tranquila y satisfecha de haber cumplido la voluntad de quien en vida externó su deseo de ser donadora de órganos.
La joven de 27 años, quien también ha externado su deseo de ser donadora, compartió la importancia que tiene para su familia poder ayudar a otras personas a mejorar su calidad de vida, a través de la donación de órganos.
Donante por voluntad
Carmen, la mamá de Damariz, padecía diabetes desde hace algunos años, sin embargo, el pasado 8 de enero ingresó a la clínica número 6 del Instituto Mexicano del Seguro Social por la falta de movilidad de su lado derecho.
“Llegamos la madrugada del miércoles 8 de enero a internarla. Estuvo el miércoles en urgencias. Jueves y viernes estuvo en piso, y el viernes falleció. Fue un derrame cerebral”, dijo Damariz quien recientemente se recibió como químico bacterióloga parasitóloga.
Ante el fallecimiento de Carmen, el doctor José Alejandro Manzo se acercó a Damariz y a su hermana Karla, de 22 años, para hablarles del nuevo programa de donación de órganos y tejidos que realiza el IMSS.
“Yo sabía que mi mamá era donante, desde hace años en su licencia de conducir así decía. Una vez me comentó que lo que pudiera servir de ella, le gustaría que se donara cuando falleciera”, recordó la entrevistada.
Así, Dámaris y su hermana no tuvieron ningún inconveniente en que se obtuviera de su madre lo necesario para otras personas y aunque el doctor Manzo pidió a las hermanas pensar bien su decisión, como parte del protocolo, Damariz estaba convencida de la donación.
“De igual manera soy donante. En caso de que algo me pasara , quiero que lo que sirva, se utilice. Mi mami no podía donar sus riñones porque tenía insuficiencia renal, pero al menos sus ojos sirvieron para que ayudar a alguien más”, dijo.
Mensaje
Aunque la muerte de su mamá es muy reciente, Damariz quiso compartir su testimonio para hacer conciencia en la comunidad.
“Mi mamá tenía 56 años cumplidos, su muerte fue algo que nadie se esperaba. Todavía duele, apenas hace un mes. Era diabética, a raíz de eso tenía muchas “cositas”, pero el derrame fue lo que a ella la llevó al hospital, nada relacionado con la diabetes”, dijo visiblemente consternada.
Y satisfecha por haber cumplido con la voluntad de su madre, la entrevistada sentenció que la donación es un acto que todas las personas deben dejar estipulado para beneficiar la salud de otra persona que lo necesita.
“Nuestros órganos ya no los vamos a necesitar y no tiene caso conservarlos, si alguien más lo puede aprovechar, que así sea”.
“Los invito a que donen lo que se pueda. Sé que duele en ese momento, pero es por humanidad. Ahorita al mundo le falta humanidad, ayudar más al prójimo. Sabemos que en este momento hay muchas enfermedades, pero siempre hay algo que se puede donar, y nos deja una sensación de paz saber que se ayudó a alguien”.
Dámaris