Diana Adriano
Como un apoyo invaluable a lo largo de su vida vocacional considera a la oración de los demás hacia su persona, el padre Manuel Bañuelos, párroco de Nuestra Señora de la Consolación.
Al hablar sobre la Jornada de oración por las vocaciones que este domingo se celebra a nivel mundial, el padre Manuel resaltó la importancia de la oración en la vida del católico como un encuentro cercano con Dios.
“La oración es altamente recomendable tanto en momentos de alegría como en momentos de crisis. En mi vocación he experimentado que me ha ayudado en ambos casos”, expuso.
Fe en acción
Para el sacerdote, la oración no solo es un acto de comunicación con Dios, sino también una herramienta poderosa para encontrar consuelo, fuerza y orientación en los momentos más desafiantes.
“La oración me ayudó bastante en varias etapas de mi formación como cuando sufrí la pérdida de mi madre y la ausencia de recursos, algo que amenazó mi camino en el Seminario”, confesó el sacerdote.
Recordó los difíciles primeros años en el Seminario, cuando la partida de su madre y la ausencia de apoyo familiar lo sumieron en la incertidumbre. Antes de cada misa, recurría a la oración, suplicando ayuda a Dios para continuar su camino vocacional.
Un día, durante una misa, una mujer de nombre Graciela expresó su deseo de apoyar al joven seminarista, sin saber que así respondía a la oración del joven. Conmovida por la intervención divina, Graciela comenzó a enviar ayuda económica semanalmente, respondiendo así a las oraciones del padre Manuel.
“Para mí fue muy interesante eso. Fortaleció mi fe y confirmó el poder de la oración en mi vida”, reflexionó el hoy sacerdote.
Fe vs adversidad
En otro momento de su camino vocacional, el padre Manuel también enfrentó un desafío de salud que amenazaba con truncar su camino al sacerdocio. Mientras cursaba su tercer año de Teología, una lesión en el hombro derecho lo sumió en la incertidumbre.
“Dejé esta cuestión de salud en manos del Señor”, compartió el padre Manuel, quien era incapaz de realizar actividades básicas debido a la lesión.
El rector en ese entonces, padre Héctor Villa, cuestionó la continuidad de su formación sacerdotal debido a la gravedad de la situación. Sin embargo, el padre Manuel persistió en su fe, confiando en las respuestas de Dios a través de la oración.
La intervención milagrosa llegó a través de Josefina Soto, madre de un médico ortopedista, quien al conocer el caso y conmovida por la tristeza del joven seminarista, pidió a su hijo examinarlo y operarlo, luego de que el diagnóstico reveló la presencia de una hernia que provocaba la inmovilidad.
“Llegaban días en los que no me podía levantar de la cama”, recordó el padre Manuel, quien se sometió a una cirugía que resultó exitosa, devolviéndole la capacidad de caminar y accionar normalmente en su vida diaria.
“Igualmente fue a través de la oración como Dios me respondió”, recordó.
Camino marcado por la oración
Por ello, para el padre Manuel es de vital importancia que ellos mismos y otras personas hagan oración para que vocaciones sean concretadas, en este caso, el servicio saceredotal.
“Toda mi vida de sacerdote me he sentido agradecido, feliz, contento y gozo de buena salud. Y agradezco siempre las oraciones que las personas han hecho y siguen haciendo por mi persona y por mi vocación”, expresó el padre Manuel.
“A través de la oración, Dios me hizo salir adelante y el mejor consejo que puedo dar es poner toda la confianza en Él», puntualizó.