Presencia
Para participar en la celebración del sacramento del Bautismo hay ritos (pasos) que se deben tener en cuenta, entre ellos un lenguaje y unas posturas corporales con los que también se expresa la fe.
El padre Marcelino Delfín Poso, coordinador de la Comisión Diocesana de Liturgia nos ayuda a conocer estos signos:
- Acogida
Generalmente se hace en la puerta de entrada de la iglesia, donde el celebrante recibe amablemente a papás, padrinos y participantes de la celebración y dirigiéndose a todos dice: “Con gozo han vivido ustedes el nacimiento de su hijo y vienen a presentarlo a Dios para un nuevo y definitivo nacimiento, los aquí presentes nos alegramos porque se acrecentará el número de los hijos de Dios…” Después pregunta sobre el nombre cristiano que quieren darle a su hijo.
Este recibimiento es en nombre de la Iglesia y es una celebración comunitaria. Es la Iglesia que se alegra por un nuevo hermano, un nuevo hijo, un nuevo nacimiento.
- Signación
Después de responder que como padrino se está dispuesto a cumplir con la obligación que le confía la Iglesia a los padrinos, el celebrante hace la señal de la cruz en la frente del niño y después lo mismo hacen sus papás y padrinos. La signación es un gesto para expresar que es recibido y que se le concede la gracia de entrar a todo el proceso de la iniciación cristiana y su participación en la muerte y resurrección de Cristo.
- Procesión
Todos inician una procesión al lugar donde será el Bautismo. El celebrante va por delante; y todos cantan y caminan con alegría porque van al encuentro del Señor y van a escuchar la Palabra de Dios.
- Liturgia de la Palabra
Las lecturas explicarán cómo Dios interviene en la historia del hombre y a través del sacramento del Bautismo le ofrece la vida divina. Luego viene la Homilía, oración de los fieles y letanías, estas últimas con las que manifestamos que está presente la Iglesia peregrina, que somos nosotros, y la Iglesia triunfante, que intercede por nosotros en el cielo, para que vivamos como auténticos hijos de Dios.
- Oración de exorcismo y unción prebautismal
Al niño se le reza una oración y posteriormente es ungido con el óleo (aceite) de los catecúmenos como signo de liberación del poder de las tinieblas y para que sea templo de la majestad de Dios.
- Bendición del agua
Con la Bendición del agua comienza la liturgia del Sacramento, que es la Segunda parte de la celebración eucarística. El celebrante invita a papás y padrinos, y a todos los presentes, a invocar a Dios para que se digne bendecir el agua con la acción del Espíritu Santo y el niño renazca a la vida nueva.
- Renuncia y profesión de fe
Se les recuerda a los papás y padrinos el compromiso que contraen al bautizar al niño y se les invita para que esa vida divina que el niño recibirá se preserve del pecado hasta que el Señor venga.
- Bautismo
Terminado el Credo o profesión de fe papás y padrinos pasan a la pila bautismal. El niño puede ser cargado por sus papás o padrinos. El niño es bautizado en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo y, al ir pronunciando el nombre de cada una de las Tres Personas Divinas, el celebrante deja caer agua sobre la cabeza del niño tres veces. Se termina con una aclamación: “¡Bendito sea Dios, que nos ha elegido en Cristo!”.
- Unción después del Bautismo
Siguen otros signos que explican lo que ha hecho el Bautismo en el bautizado: El niño es ungido en la cabeza con el santo Crisma, que es un óleo (aceite) perfumado que le recuerda que se ha convertido en sacerdote, profeta y rey. Ungido para la misión.
- Imposición de la vestidura blanca
Como el niño es transformado en una nueva creatura y se ha revestido de Cristo se le coloca una vestidura blanca que lo simboliza. Para conservar la vestidura blanca hay que recorrer el camino de la vida cristiana cultivando las virtudes, pero, sobre todo, viviendo en la caridad. El nuevo bautizado es transfigurado en la gloria divina.
- Entrega del cirio encendido
Se enciende con el cirio la vela que traen los padrinos y papás, que simboliza que el niño es un iluminado, Cristo es su luz, la fe es también luz y debe perseverar en ésta hasta que el Señor venga al final de los tiempos.
- Effetá/Procesión al altar
Se repite el gesto hecho por Cristo, y se pide que el nuevo bautizado tenga la capacidad de acoger la palabra de Dios por la escucha y de anunciarla a sus hermanos.
Terminado este último rito, todos son invitados a pasar delante del altar, sin subirse al presbiterio, con el cirio encendido; ahí, el celebrante dirá unas palabras explicativas.
- Rito de conclusión
El celebrante recuerda que el niño es hijo de Dios y que cuando crezca recibirá el sacramento de la Confirmación, y después de una preparación conveniente participará de la mesa del sacrificio, es decir, de la Eucaristía. En la celebración del Bautismo, se reza el Padrenuestro.
Se termina la celebración bendiciendo a todos los presentes y encomendando al niño a la santísima Virgen María, donde así sea costumbre.
Información tomada del folleto “Ser padrino de Bautismo. Compromiso y guía”, del pbro. Lic. Marcelino Delfin Poso. Puedes conseguirlo en la parroquia San José de Lomas Tel. 620 44 26 o en eventos de la Comisión Diocesana de Liturgia.