La comunidad parroquial de NS del Refugio invitó al obispo a entregar sendos premios de su rifa pro-equipamiento: una auto y una motoneta.
Diana Adriano
El pasado domingo 4 de julio, los feligreses de la parroquia Nuestra Señora del Refugio celebraron su fiesta patronal, con una misa presidida por el señor obispo, don José Guadalupe Torres, y su tradicional kermés.
El padre Juan Manuel Sánchez, MNM, párroco de la comunidad, compartió que se encontraban muy felices por poder realizar esta celebración, ya que trajo alegría a los laicos.
Una actividad maratónica
El presbítero mencionó que como parte de las actividades de esta fiesta patronal, una de las más importantes fue la rifa de un auto Toyota Yaris Sedán 2021 y una motoneta Italika 2021.
“Desde hace cuatro meses atrás la comunidad se organizó y a pesar de que vivimos en tiempo de pandemia, todos los servidores pusieron de sí para poder vender todos los boletos de la rifa”, mencionó.
Esta rifa se realizó con la finalidad de colocar las unidades de clima en la parroquia, puesto que las unidades con las que se contaban tenían más de 30 años y ya no funcionaban correctamente.
El día de la fiesta patronal y durante la celebración Eucarística, el señor obispo entregó las llaves a los ganadores del primer y segundo lugar. Los ganadores fueron seleccionados con el sorteo de la Lotería Nacional.
El automóvil se lo llevó Salvador Salazar, miembro del coro de la capilla Inmaculada Concepción. La motoneta se la llevó Esperanza Cereceres, quien forma parte del ministerio de adoración nocturna de la parroquia.
“Tratamos cada año en la fiesta patronal invitar al señor obispo, este año aceptó y nos hizo el honor de entregar las llaves de los dos vehículos a los ganadores. Es de imaginarse la felicidad de ambos, estaban muy contentos, no daban crédito”, mencionó Marina Arvizo, encargada de actividades pro-construcción.
En pausa construcción del nuevo templo
El sacerdote nativita explicó que debido a la pandemia, la construcción de la nueva capilla dedicada a la Natividad de María está en pausa.
“Por todo el año de pandemia no hemos tenido la oportunidad de trabajar. Sin embargo, a partir del 10 de julio comenzaremos a realizar misas en el terreno y al aire libre, para ir haciendo comunidad en la que será nuestra nueva capilla”, explicó.
El terreno en el que se edificará el templo tiene una extensión de 16 mil metros cuadrados y se ubica entre las calles Ortiz Rubio y San Bernardino, paralelas a la Av. Francisco Villarreal y al Blvd. Juan Pablo Segundo, respectivamente, en una zona densamente poblada, pero que carecía de un espacio propio para vivir la fe católica. Tendrá un aforo para 400 personas.