Claudia Iveth Robles
Integrantes de la Escuela de Diaconado Permanente de la Diócesis de Ciudad Juárez vivieron una experiencia especial el pasado sábado 17 de diciembre al visitar a los internos del Cereso número tres, donde compartieron la Eucaristía, una pastorela y una convivencia fraterna.
Los futuros diáconos permanentes fueron acompañados por el padre Leonardo García, asesor litúrgico en la formación de los ministros, quien explicó que con esta visita buscaron acercar a los candidatos a las distintas realidades que se viven en la Iglesia local, y que en cierto momento les corresponderá atender.
Vivir la realidad
Explicó que la formación que reciben quienes se forman para el diaconado permanente, va en tres dimensiones: liturgia, profética y social. Dijo que lo relativo a la liturgia implica todo lo relativo a la vida de oración, espiritualidad y el servicio en el altar. Lo que se refiere a lo profético incluye atender la actividad pastoral, en evangelización y catequesis. Mientras que lo social es referente a atender las realidades sociales en que se ve inmersa la comunidad juarense.
El sacerdote dijo que una de las realidades impactantes en Ciudad Juárez, además de la migración, es la vida en la cárcel y el trabajo que se desarrolla en la Pastoral Penitenciaria, por lo que quisieron hacer esta visita especial en el tiempo de preparación a la Navidad.
“Hemos venido al Cereso porque queremos que en su formación, los futuros diáconos vivan la experiencia. Pero que no vengan sólo una vez al año, sino queremos que ellos participen de una manera más concreta en esta realidad de la pastoral que es necesario atender”, dijo el padre Leonardo García.
Fueron 20 los candidatos de los grados primero, segundo y tercero, quienes asistieron.
“Un ministro ordenado debe de buscar siempre el rostro de Cristo en todas las realidades y el diácono que hace presente a Cristo servidor, que se lleve en su corazón que es necesario servir y sobre todo aquellos que necesitan de Cristo”, agregó el sacerdote.
Eucarisía pre Navideña
En la Eucaristía, que se realizó en la capilla del centro penitenciario, el padre Leonardo García dio un mensaje a los internos del Cereso.
Dijo que participar en la Eucaristía en los días próximos a la Navidad, debe de llenar de una profunda esperanza.
“A veces podemos perder la esperanza, la alegría, la fe cuando hay alguna circunstancia adversa en nuestra vida y le decimos a Dios ¿dónde estás?. Pero al celebrar la Eucaristía, Dios nos quiere recordar que siempre está cerca de nosotros”, dijo el sacerdote en la homilía en la que invitó a los internos a ver a María y a pedirle lo que su corazón necesita.
“Ella nos lo dará a través de Cristo”, puntualizó.
Ver cómo viven
Al final de la misa, los internos del Cereso presentaron una cómica pastorela, en la cual representaron cómo Dios se hizo hombre e invita a todos a perseverar hasta encontrar el rostro de Cristo, que resplandece en cada uno de los hermanos. Posteriormente todos compartieron tamales y chocolate.
“Te llena mucho el hecho de convivir con los hermanos que se encuentra en el Cereso”, dijo Carlos Díaz, uno de los aspirantes al diaconado.
“Es maravilloso enriquecerme con la experiencia, ver cómo viven y saber que son mis hermanos. Me quedo con ese regaló que Dios nos da través del testimonio de cada uno de ellos”, agregó por su parte Benjamín Pérez.