Claudia Iveth Robles
Siete niños que fueron salvados del aborto, recibieron el sacramento del Bautismo el pasado viernes 25 de agosto, en una misa celebrada en la Misión de Guadalupe, con la participación integrantes del Centro de Ayuda a la Mujer Juarense.
Celebró el sacramento el padre Eduardo Hayen, párroco de Catedral y capellean del Centro de Ayuda a la Mujer, que realiza labor para apopyar a mujeres con embarazos en crisis.
A la misa acudieron padrinos, voluntarios y bienhechores del CAMJ, quienes atestiguaron los momentos en que el sacerdote ungió el pecho de los bebés, para luego bautizarlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y ser revestidos con la vestidura blanca y ser reconocidos como hijos de Dios.
“Se han revestido de Cristo… que esta vestidura blanca sea un signo de su identidad Cristiana”, dijo el sacerdote.
En su momento, los padrinos de los niños encendieron una vela en el Cirio pascual, y luego, junto a los papás pasaron hacia el altar, donde el sacerdote les explicó que la vida es un constante movimiento y les pidió elevar los niños hacia la imagen de la Virgen, como un signo de que los cubra y proteja siempre con su manto.
Al final, los padres y padrinos se tomaron una foto del recuerdo con lo sbebés y el sacerdote.
Infundir amor
Blanca Aranda, directora del Centro de Ayuda a la Mujer Juarense, dijo que desde la creación del CAMJ hasta la fecha, han logrado salvar unos 4 mil 300 bebés del aborto, niños que hoy son, por gracia de Dios, una bendición para sus familias.
“Estamos muy alegres, como cada año, con estos bautizos. Cada año nos preparamos con mucho amor para acercar a estos niños a que reciban el sacramento y agradecemos a Dios que nos permite hacerlo por su gracia”, dijo la directora del CAMJ.
Recordó que CAMJ nació en el año 2003, por lo que en breve celebrarán los primeros 15 años de labor en beneficio de mujeres con embarazos en crisis.
“Ellas llegan desesperadas y nosotros tratamos de brindarles el apoyo necesario, y sobre todo, mucho amor. Tratamos de infundirles que se agarren de Dios, pues para Él no hay imposibles”, dijo Blanca.
“Cada vez que contemplo a estos niños es como contemplar el rostro de Dios”, compartió emocionada.