Como una fiesta de esperanza, pidió monseñor José Guadalupe Torres Campos celebrar el día de los fieles difuntos durante la homilía de la que fue su primera misa presidida como obispo diocesano en el Panteón San Rafael.
Ante más de 100 personas y de autoridades civiles, el obispo, acompañado del padre Raúl Vega, presidió la celebración eucarística celebrada el pasado 2 de noviembre, cuando oró también por aquellos difuntos que no tienen quien los visite.
Monseñor Torres reflexionó a la luz del evangelio sobre el sufrimiento que causa la muerte de un ser querido y dijo que sólo con la fe de la resurrección se puede vivir con esperanza.
“El mismo Jesús padeció la muerte y una muerte de cruz. Sabe Jesús que somos frágiles y que sufrimos por la muerte de un ser querido. Nos entristece que alguien muera y sólo a la luz de la fe, solo el que cree en la resurrección lo vive con esperanza”, dijo el obispo.
El obispo invitó a los asistentes a aprovechar ese día como una ocasión para reafirmar su fe y unirse en oración con los demás.
“Hoy es un día para reflexionar, para consolarse mutuamente. Es momento de unirnos en oración. Desde la fe tenemos que alimentarnos. Celebrar a los fieles difuntos es una fiesta de esperanza. La tristeza puede estar ahí, pero también la esperanza”, expresó el obispo.
Después de la celebración, el obispo caminó rumbo a la fosa común, donde se encuentran aquellos difuntos cuyos cuerpos nunca fueron reclamados, aquellos que no tienen nombre y solo son distinguidos por las autoridades con un número de expediente.
“Para nosotros no tienen nombre, Dios que es bueno y misericordioso, los conoce y sabe sus nombres” dijo el obispo, para luego orar por ellos.
Enseguida, se depositó una ofrenda floral en recuerdo de la esperanza. El obispo caminó entre las tumbas y las roció con agua bendita, para luego hacer lo mismo sobre los fieles y autoridades que acompañaron en ese momento.
El obispo, el padre Vega y demás asistentes elevaron un Padre Nuestro y un Ave María por el eterno descanso de las almas de quienes se encuentran sepultados en la fosa común.