Una falta de la presencia de Dios en las familias chihuahuenses, es lo que el MFC ha visto en la actualidad, lo que da como resultado la desintegración familiar, así como un aumento en los divorcios.
Ante esta problemática el MFC enfrenta un nuevo reto, afirmaron sus coordinadores provinciales luego de participar en la Octava Reunión provincial que se realizó en Ciudad Juárez los días 24, 25 y 26 de octubre.
En el evento se hicieron presentes los equipos coordinadores electos 2016-2019, de las diócesis de Ciudad Juárez, sede anfitriona, Chihuahua, La Tarahumara, Cuahutemoc-Madera, Parral y Nuevo Casas Grandes.
Tere y Willy Martínez, encabezaron la reunión, que sirvió como encuentro de capacitación y retiro.
“Nuestra encomienda es cuidar y trabajar por las familias promoviendo los valores humanos y cristianos a través de las mismas familias”, agregaron los secretarios nacionales.
“Necesitamos ver a Dios como centro de nuestra familia y tomar a nuestra Madre María como ejemplo. Hacen falta familias al servicio de Dios y de la Iglesia que trabajen en la construcción del Reino”, afirmó Willy.
Nuevo Reto y Material
Sobre el nuevo reto que enfrenta el MFC, los coordinadores afirmaron ya contar con material que les permita enfrentarlo.
“Además de la metodología que ya llevamos con las familias, tenemos un material para trabajo y ayuda a madres solas. Han crecido mucho los casos de divorcio, por ello viene un nuevo material llamado DVC (divorciados vueltos a casar) porque hay muchas parejas en esa situación”, expuso.
Willy agregó que este material surgió como resultado del Sínodo de los obispos sobre la familia, como una sugerencia urgente.
“Este nuevo material ofrece una metodología de carácter urgente. Es un ciclo básico especialmente para ellos, para que se reconforten y no se alejen de Dios. El movimiento estructuró este material para crear un ministerio con un carisma específico para estas parejas”,
añadió el entrevistado.
Los secretarios nacionales invitaron a las parejas que se encuentren en esa situación a que se acerquen a su parroquia para que sean canalizados al movimiento donde serán atendidos responsablemente.
“El Señor los ama, cuando llegue este material acudan para que sigan viviendo de acuerdo a la voluntad de Dios y en un futuro puedan casarse por la Iglesia, y si esto no se logra, estén al pendiente de lo que Dios quiere para sus hijos, para su familia, que sean trasmisoras de los valores de la Iglesia”, invitaron.