Ana María Ibarra
En comunión con la Iglesia Universal, uniéndose a la intención del Santo Padre Francisco, la Iglesia Diocesana representada por la Casa del Migrante, pidió por los migrantes y refugiados, en la Misa dominical televisada por Canal 44.
En la Eucaristía, presidida por el padre Javier Calvillo, director de la Casa del Migrante, y concelebrada por el padre Hesiquio Trevizo, los fieles oraron especialmente por los menores acompañados y no acompañados, tema de la 103 Jornada Mundial de los Migrantes y Refugiados, que se celebró justo ese domingo 15 de enero con el título “Menores migrantes, los más vulnerables, los sin voz”.
A la misa acudieron huéspedes de la Casa del Migrante, quienes portaron banderas de diferentes países.
Ser luz para los hermanos
“Hoy queremos pedirle a Dios, en esta sintonía con el Santo Padre, por algo que preocupa y que está transformando al mundo que es la migración, esa realidad de dolor, de sufrimiento y de tristeza”, expresó el padre Javier en la homilía.
Añadió que durante el 2016 Ciudad Juárez tuvo como gran reto la migración, ya que llegaron a esta frontera familias provenientes de Haití, África, Panamá y Corea, siendo los más vulnerables las mujeres y los menores acompañados y no acompañados, a quienes el Papa Francisco llama los sin voz.
“El Papa Francisco nos invita a reflexionar y a orar por los migrantes menores, los más vulnerables, los sin voz. Este es el reto para ti y para mí. Qué maravilloso que hoy podamos decir: aquí estoy Señor, pero no para quedarme sentado, sino para hacer su voluntad”, expresó.
Y agregó: “El profeta Isaías nos dice que tenemos que unirnos, tenemos que trabajar, que ayudar a los demás, pero sobre todo tenemos que ser luz para que todos podamos encontrar ese camino que nos promete el evangelio”, agregó.
Reto para juarenses
El director de la Casa del Migrante compartió en entrevista que el mensaje del Santo Padre para esta jornada va dirigida a los menores, por su gran vulnerabilidad.
“El menor todo lo que guarda en su mente y en su corazón es lo que va a proyectar el día de mañana. Ahí la importancia que el papa ve de que la sociedad, la Iglesia no pierda de vista la migración de aquellos más vulnerables, a los que les pueden dañar todo su futuro, que serán los hombres y mujeres del mañana”, compartió el padre Javier.
El sacerdote recordó la experiencia en Ciudad Juárez con la muerte de una menor ecuatoriana.
“Una sola menor migrante puso a todo el Estado de cabeza, a todas dependencias de gobierno. Hasta la fecha no hay ninguna logística, ningún plan para trabajar eficazmente por el menor acompañado y no acompañado”, lamentó el padre Calvillo.
El sacerdote compartió que en el 2016 la Casa del Migrante atendió más de 250 menores acompañados y no acompañados.
“En la familia de África los niños venían con bronquitis. Hemos tenido niños desnutridos porque vienen de un clima totalmente diferente, mujeres deshidratadas, con problemas de cáncer. Ahí es donde se da uno cuenta que el adulto puede hablar y pedir lo que necesita, pero el menor no”, afirmó.
Recordó que en noviembre y diciembre se agudizó la crisis humanitaria de las familias de Honduras y en el puente Santa Fe se encontraban madres y padres de familia hasta con cinco niños durante las madrugadas, a temperaturas bajo cero.
“Juárez tiene un compromiso. La experiencia que hemos tenido de violencia hizo a muchos que emigraran. No olvidemos que no estamos exentos de que esto nos pase. Por eso la importancia de acoger, orientar, tender la mano a aquellos que son más vulnerables como son los migrantes, en especial los menores”, finalizó.