La intención universal de oración del Papa Francisco en este mes de julio es “por el respeto a los pueblos indígenas”…En Ciudad Juárez, las etnias presentes reciben acompañamiento de la Iglesia, aunque todavía viven algo de discriminación…
Ana María Ibarra
Una comunidad de mucha fe y de gente trabajadora es la de la Colonia Tarahumara, perteneciente a la parroquia San Vicente de Paúl a cargo del padre Alejandro Martínez, quien compartió la manera en que la parroquia se hace cercana a los rarámuris.
Cercanía del sacerdote
Aunque no lo expresan de viva voz, el padre Alejandro compartió que los tarahumaras piden la cercanía del sacerdote como una de manera de expresar su necesidad de pertenecer a la Iglesia.
“Ellos me invitan a sus eventos y a sus juntas comunitarias donde tratan asuntos de su vida cotidiana, sus conflictos y buscan juntos la manera de resolverlos. Ellos ven en la figura del sacerdote una autoridad, alguien que los acompañe”, compartió el sacerdote.
El padre Alejandro reocrdó que hace unos meses los rarámuris invitaron a al obispo José Guadalupe Torres para conocerlo y que él los conociera.
“Lo invitaron a comer, hicieron aguas frescas… convivieron y platicaron con él”, dijo.
Otra manera de hacerse cercanos es a través del sacramento del Bautismo, que es uno de los sacramentos que los raramuris más procuran y este es un espacio que se aprovecha para evangelizarlos y catequizarlos.
“Ahorita tenemos pendiente el Bautismo de 20 niños. Como son grupos numerosos no toman las pláticas pre bautismales en la parroquia, hay un laico que vive en la Colonia Tarahumara, quien les da la catequesis y les explica el papel de los padrinos y que ser compadres es una relación espiritual para toda la vida”, añadió el sacerdote.
Y aunque ellos cumplen los requisitos que se les piden, también de parte de él como sacerdote hay flexibilidad y se adapta a sus necesidades, dijo.
El padre Alejandro agregó que por el momento no se celebra la Eucaristía dominical en la capilla de la colonia dedicada a Santa María de Guadalupe, ya que los Raramuris salen temprano los domingos a trabajar.
“Celebramos misa en momentos importantes como fiesta patronal, Navidad, Año Nuevo o funerales. No se ha podido adaptar un horario para la misa dominical, ya que tienen que salir a trabajar”, explicó.
Rarámuris, personas valoradas
En cuanto al trato que reciben los tarahumaras de parte de la comunidad parroquial, el padre Alejandro dijo que los feligreses los respetan y les dan su lugar. Sin embargo dijo que en general, personas que no participan en la parroquia, a veces los discriminan.
“Es por ignorancia y por la cultura que tenemos de hacerlos a un lado, de tratarlos de manera ofensiva, pero eso lo he visto en la gente que no asiste a la comunidad, la comunidad los respeta como miembros de la parroquia”, afirmó.
El sacerdote dijo, de manera personal, valorar mucho a los rarámuris porque son gente amistosa y trabajadora, que aunque viven una situación difícil, buscan la manera de salir adelante.
“Cuando ya te conocen te reciben bien, te ofrecen su amistad, te abren las puertas de su vida, de su comunidad. Son buenas personas. A veces se les tacha de flojos, pero yo los valoro como personas trabajadoras. Su condición de ser indígenas los mantiene muy marginados y no es fácil para ellos tener oportunidades”, dijo el sacerdote.
Lo que nos enseñan
Ante esto, el sacerdote invitó a la comunidad a tratar a los rarámuris con amabilidad, como personas, “con la misma dignidad que tenemos todos como hijos de Dios”.
“Si está en sus manos ayudarles, tiéndanle una mano. Algo que he aprendido de ellos es su manera de vivir en comunidad, algo que los demás no tenemos. Ellos tienen su pequeña comunidad donde se juntan, platican de las cuestiones comunitarias, ven la manera de salir adelante juntos, y ese es un testimonio de cómo vivir unido”, finalizó.
Comunidad de fe grande
Llenos de una gran fe, firme, heredada de sus antepasados, la comunidad Tarahumara se siente atendida y escuchada por su sacerdote y cercana a su comunidad parroquial.
Así lo compartió Rosalinda, gobernadora de la Colonia Tarahumara.
“La fe en la comunidad es muy grande. El día festivo (fiesta patronal) se organiza, se hace la misa. Los tarahumaras somos católicos porque esa es la cultura que nos han enseñado los antepasados, es algo que siempre ha estado ahí”, dijo Rosalinda.
Compartió que en la comunidad han tenido la visita de otros líderes religiosos, quienes los han invitado a sus iglesias.
“Los rarámuris son fuertes. La única religión que han conocido es la católica. Escuchamos a los predicadores, sus versiones y nos damos cuenta que son parecidas, con ideas diferentes”, expuso.
Aceptados por la Iglesia
Respetuosos a la figura del sacerdote como mensajero que lleva la palabra de Dios, los tarahumaras se sienten cercanos y escuchados por su párroco y aceptados en la comunidad.
“El padre está al pendiente de la comunidad, sentimos que somos escuchados. Él conoce y puede trabajar con nosotros, en este aspecto sentimos que somos acogidos”, afirmó Rosalinda.
Ante las necesidades de su comunidad, la gobernadora dijo que han recibido apoyo de parte de la Iglesia, aunque reconoció que la Iglesia no puede cubrir todas sus necesidades.
“Sabemos que la Iglesia siempre va a estar ahí y que hay mucha gente que tiene mucha necesidad. Sabemos que no fácilmente la Iglesia nos puede ayudar en todo pero podemos contar con ellos, con lo que puedan ayudarnos”, compartió.
Tarahumaras con el papa
Una de las maneras en que Rosalinda constata la cercanía de la Iglesia, es la visita que recientemente el Papa Francisco hizo a Ciudad Juárez, pues los habitantes de la Colonia Tarahumara fueron invitados a la misa que el Santo Padre celebró en El Punto. La propia gobernadora participó de manera activa al leer una de las intenciones de la Oración Universal.
Al hablar sobre la petición del Papa Francisco para que este mes se ore “por el respeto de los pueblois indígenas, para que sean respetados en su identidad y existencia”, Rosalinda expresó:
“Qué bien que el papa nos tome en cuenta. Últimamente han ido cambiando mucho las cosas y eso es algo de la fe que los indígenas hemos tenido oportunidad de involucrarnos. El mayor logro es que nos hayan invitado a la misa cuando vino el papa, la mayoría de los indígenas estuvimos ahí. Fue una gran oportunidad para todos”, finalizó.