Son los niños y adolescentes quienes caen en adicción. Los jóvenes adictos adquirieron la adicción en la adolescencia o la niñez, advierte psicólogo …y ofrece consejos para enfrentar la situación…
Ana María Ibarra
En el año 2018, la Organización Mundial de la Salud declaró la adicción a los videojuegos como una enfermedad, pero el decreto entró en vigor apenas este mes de febrero del 2022.
En entrevista, el psicólogo Andrés de Anda Padilla compartió con Presencia una reflexión sobre el tema, como una forma de ayuda para reconocer en qué momento los videojuegos llegan a ser una adicción.
La OMS declaró la adicción a los videojuegos como una enfermedad en 2018 y entrará en vigor en 2022 para que comience a tratarse de manera oficial a los afectados ¿Qué opina de esto?
Es muy importante, porque hay dos manuales que rigen los diagnósticos y desde ahí las investigaciones, las estadísticas y el desarrollo de terapias para los diferentes trastornos, que es el manual de la OMS. Cuando no está ahí un trastorno clasificado, no se le da el seguimiento adecuado. En este caso, elevarlo a trastorno implica un gran reto de ir desarrollando un tema que es muy complejo y polémico.
Es un paso muy importante hacia investigaciones y seguimiento que vendrán clarificándose cosas que aún quedan muy confusas.
¿Qué pasa en el cerebro cuando juegas videojuegos, y si hay un cambio cuando te haces adicto?
Cuando hablamos del cerebro, para fines prácticos, hablamos que son dos partes del sistema nervioso: una parte más racional y la otra parte la de las emociones del sistema límbico y siempre están en congruencia. No podemos tener pensamientos de un tipo y emociones de otro. Toda actividad, lo que pensamos, nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras conductas, son actividad del cerebro. Una conducta que se repite, activa un conjunto de células -neuronas- simultáneamente y al activarse se crea un circuito, es así como se establece un hábito o una convulsión hacia el impulso a repetir algo.
Hay que ver qué se está activando ante un videojuego: se está en estado de alerta, la atención focalizada, no se puede distraer, hay adrenalina y dependiendo si se está jugando sólo o se está jugando en línea con otros amigos, se está socializando o no. Cuando se repite eso se va adquiriendo la destreza del juego, porque se van creando circuitos de respuesta al juego. Un experto en un juego tiene un cerebro distinto al que no lo es, de la misma manera que un músico tiene un cerebro distinto al que no sabe tocar un instrumento, una persona bilingüe, por ejemplo, tiene un cerebro distinto. Según la actividad que desarrollamos se va creando el hábito de estar en ese estado de alerta, de atención focalizada con lo bueno y lo malo que traen.
Niños que usan videojuegos batallan para mantener su atención cuando no hay estímulos cambiantes, porque están acostumbrados a enfocarse ante estímulos muy cambiantes y un salón de clases donde el maestro habla es súper aburrido, es como la vida en cámara lenta. De igual manera, estar en una reunión familiar, estar platicando con la mamá, con los hermanos se vuelven lento y aburrido, porque se acostumbran a la sobreestimulación, y un cerebro sobre estimulado busca más estimulación, y luego se genera la parte de la recompensa del cerebro y hace que se vuelva más placentero, pero el castigo ante la abstinencia hace que se busque de nuevo el placer hasta llegar a un momento cuando ya es adictivo y es cuando se empieza a desordenar la vida. La adicción básicamente está establecida en la medida en que se desordena la vida, no por las horas que se juega.
El cerebro de un adicto a los videojuegos se parece mucho al de otro tipo de adicciones, buscando recompensa compulsivamente queriendo evitar el malestar de la abstinencia.
¿Ofrece consultas sobre este asunto? ¿Qué tanto se ha modificado la atención psicológica en este tema, en los últimos años?
Un tema cada vez más frecuente, generalizado de los padres, es que los niños están mucho tiempo en los videojuegos. Luego de los videojuegos se pasa a estar en el celular, aunque no sea videojuegos, ya es el estar en el mundo virtual.
Es importante recalcar que se trivializa demasiado la palabra adicción, se vuelve como patológico algo que no necesariamente lo es en términos adictivos, sino de malos hábitos o mal manejo de la frustración.
Un niño que pasa muchas horas jugando no es adicto, en realidad lo que le faltan son límites.
La gran mayoría de los problemas que me toca tratar con frecuencia de niños, adolescentes y jóvenes, es la queja de los padres por una manera desproporcional de estar jugando, pero no son adictos.
Es cierto que existe la adicción, es real y es un problema serio y hay que trabajar con el síndrome de abstinencia, pero tiene que ser trabajo familiar.
Lo que propicia la adicción es la falta de alternativas sobre todo en los chicos que pasan mucho tiempo solos: las familias son más pequeñas, no hay tantos hermanos, ahora están más distanciados en edad, no tiene amigos de su edad con quien jugar porque la vida de barrio cada vez es menor.
Esta situación se disparó mucho con la pandemia, pero también tiene otros efectos, no todo es nocivo. Los muchachitos que estuvieron jugando en línea con sus amigos se vieron menos afectados emocionalmente que aquellos que no tuvieron esa oportunidad. Es un tema cada vez más recurrente, más retador, porque los videojuegos son cada vez más atractivos y hay un aliciente, una parte más poderosa, además de la adicción, es que están siendo fuentes de ingresos, es algo para lo cual los padres de hoy deben actualizarse y estar a la altura.
Efectos de la adicción
¿Cómo se puede distinguir cuando hay una adicción, cuáles son los síntomas?
Todo empieza si el niño se aburre. Esta es la generación del “qué aburrido”, porque están acostumbrados a esos estímulos. La vida de barrio ya no existe y encuentran algo que los entretiene: los videojuegos.
Pasa del disfrute para convertirse en adicción cuando empieza a mostrar irritabilidad, ansiedad, poca tolerancia a dejarlo. Todo esto es en grados. A un niño que está jugando, si le dicen que deje su juego no responde positivamente, se molesta porque le están quitando su diversión, eso no significa que sea adicto. Es importante recalcar que la adicción es una franja donde se empieza a desorganizar la vida de los roles que corresponden al niño, al adolescente, al joven que son importantes y se están descuidando severamente: la limpieza, la escuela, alimentación, ejercicio, socialización, actividades de casa que corresponden a su edad.
¿Cuáles son los efectos más preocupantes de alguien que se hace adicto a los videojuegos?
Hay mucho sufrimiento, como en todas las adicciones. Es un placer que pasa una factura muy alta. Hay mucha ansiedad, con frecuencia crisis de ansiedad, tiende a deprimirse, se vuelve muy ansioso, muy desesperado, se dañan seriamente sus habilidades sociales porque su vida es el mundo virtual, pierden el gusto por la vida, hay desdicha, desconexión de la realidad, mucha irritabilidad, explosiones de ira, se vuelven disfuncionales en términos de convivencia humana y es un daño enorme.
Por comodidad, dejar que el niño se entretenga en el videojuego hasta que quiera, todo el tiempo que quiera y cuando quiera, puede pasar una factura muy grande. Es un daño a la calidad de vida, a su capacidad de ser feliz. Un niño que cae en la adicción, sacarlo de ahí no es tan fácil. Que tenga el mal hábito, se batalla, pero es manejable.
¿Hay gente más propensa a generar adicción a los videojuegos? ¿Qué tipo de persona es?
Habría que plantear dos cosas: el tipo de personas y el tipo de situaciones.
Las personas más propensas a la adicción son aquellas con baja tolerancia a la frustración, ansiosas. Cuando el videojuego cumple la función de calmar la frustración quienes más lo buscan serán las personas que se frustran más, estas personas tienen dificultad con los límites y el problema con la adicción es precisamente eso: el manejo de los límites que es lo que ordena las relaciones, la vida, y se logra en la medida en que se aprende a manejar la frustración.
La tolerancia a la frustración tiene una carga genética, nacemos con más o menos tolerancia a la frustración, pero eso no es una condena, es el arranque, de ahí podemos desarrollar mayor o menor tolerancia, dependiendo de las circunstancias.
Quiero recalcar que es muy importante el tipo de convivencia en casa. Actualmente es muy común que cada miembro de la familia esté encerrado en su habitación con su celular, hay menos convivencia familiar, y luego está la manera en que la familia se relaciona con el entorno.
Ahora que es más frecuente que trabajen papá y mamá se quedan más espacios de soledad en los hijos con menos riqueza de experiencias a socializar.
Son los niños y adolescentes quienes caen en adicción. Los jóvenes adictos adquirieron la adicción en la adolescencia o la niñez.