Diana Adriano
El pasado 2 de noviembre, la comunidad parroquial de Todos los Santos vivió con gran alegría y fervor su tradicional Fiesta Patronal. La jornada festiva tuvo lugar en el parque frente a la parroquia, donde se realizó la esperada kermés, organizada por los distintos ministerios y grupos parroquiales. 
Desde temprano, el lugar se llenó de vida: música, antojitos, juegos y un ambiente fraternal caracterizaron el día.
“Ayer vivimos la solemnidad de Todos los Santos con la misa y los preparativos. Hoy el parque está lleno de gente y de puestos que la misma comunidad preparó con mucho cariño. Algunos ya hasta terminaron sus productos, no sé si fue porque hicieron poquito o porque vino mucha gente, pero lo importante es que el ambiente está muy bonito y alegre”, expresó el padre Amadeo Ruiz, párroco de la comunidad.

El sacerdote destacó la gran colaboración y espíritu de servicio que caracteriza a la comunidad de Todos los Santos.
“La comunidad es muy participativa. Yo siempre digo que el fruto económico de la kermés es bueno, pero lo más valioso es el trabajo en equipo. Aquí todos cooperan: los insumos se aportan entre los feligreses y los ministerios se encargan de los puestos. Todo se hace con mucha generosidad. Hay quienes no han parado desde que comenzamos y siempre hay gente participando y conviviendo”.
Durante la fiesta no faltó la música, las presentaciones artísticas y la convivencia familiar.

En Bodas de Plata
Por otra parte, el párroco compartió una importante noticia para la comunidad parroquial y diocesana.
“Aunque el Año Jubilar de la Esperanza termina en diciembre, aquí en la parroquia continúa, porque el pasado 28 de agosto comenzamos nuestro Año Jubilar por las Bodas de Plata de la parroquia. Durante todo este tiempo se puede obtener la indulgencia plenaria, así que invitamos a todos a venir a misa, confesarse y aprovechar este tiempo de gracia”
Asimismo, mencionó con orgullo la reciente bendición e inauguración de un nuevo confesionario, diseñado conforme a las normas de prevención y transparencia que la Iglesia promueve.
“Ayer bendijimos un nuevo confesionario completamente visible, hecho de vidrio, que garantiza privacidad y seguridad. Es una manera de cuidar a todos y de mantener la confianza y el respeto en el sacramento de la Reconciliación”, explicó.
“El año jubilar es una cascada de bendiciones ¡Que nadie las deje pasar!”, concluyó el padre Amadeo.


































































