Mtro. Iván González/Historiador
La Corona de Adviento es un signo de nuestra fe católica, que expresa la alegría y la esperanza en el tiempo de preparación para el nacimiento de Jesús. Es un elemento fundamental en la liturgia doméstica y parroquial, llevado a cabo durante las cuatro semanas previas a la Navidad.
El simbolismo principal se centra en presentar a Jesucristo como la «Luz del mundo». Las velas encendidas progresivamente representan la victoria de la luz sobre las tinieblas, así como la luz creciente de la fe, a medida que la venida de Nuestro Señor y Salvador se acerca.

Sus elementos y significado
*Forma Circular: Simboliza la eternidad de Dios y el amor incondicional que no tiene principio ni fin.
*Color Verde (Follaje): Representa la vida y la esperanza de la gracia y la gloria eterna.
*Las Cuatro Velas: marcan las cuatro semanas del Adviento.
*Tres Velas Moradas: Indican un tiempo de vigilancia, penitencia y oración.
*Una Vela Rosada: Se enciende el tercer domingo («Domingo de Gaudete»), simbolizando la alegría y el gozo por la inminente llegada del Salvador.
Cuatro domingos de Adviento
La Corona de Adviento invita a la familia y a la comunidad a prepararse espiritualmente, meditando en la esperanza, la paz, la alegría y el amor que Cristo nos trae.
Primer Domingo: La Vigilancia y la Segunda Venida de Cristo. Esperanza (Vela Morada). La liturgia llama a «velar» y a prepararse para la venida definitiva del Señor al final de los tiempos (escatología), exhortando a la conversión.
Segundo Domingo: La Predicación y Conversión. Paz (Vela Morada). Se centra en la figura de San Juan Bautista y su llamado a «preparar el camino del Señor» a través de la penitencia y el cambio de vida.
Tercer Domingo: El Anuncio de la Alegría. Alegría (Vela Rosada). Es el Domingo Gaudete (Alégrate), pues la venida del Señor está ya muy cerca. Se anima a los fieles a un gozo sereno y esperanzador en medio de la preparación.
Cuarto Domingo: La Inminencia de la Navidad. Amor (Vela Morada). La atención se centra en los acontecimientos inmediatos al nacimiento y en la figura de la Virgen María y su Sí (el Fiat) a la voluntad de Dios, como modelo de fe y acogida.


































































