Por sus acertadas iniciativas pastorales para acompañar a las familias de Ciudad Juárez, siempre con la confianza puesta en el Buen Pastor, periódico Presencia otorga este 2017 el reconocimiento “Discípulos de Jesús”, al Movimiento Familiar Cristiano…
En el último día de 2017 presentamos su historia y servicios, y en el Año Nuevo les compartiremos testimonios del impacto del trabajo del MFC en los fieles de la diócesis.
Ana María Ibarra
Lleno de retos, pero también de logros, el Movimiento Familiar Cristiano ha realizado una ardua labor en la diócesis por preservar en las familias juarenses los valores humanos y cristianos. Esto a través de talleres y servicios que a lo largo de 57 años han ido creciendo y transformándose para responder a las necesidades de las familias.
Historia
Fundado en 1948 en Latinoamérica por el sacerdote argentino Pedro Richards, el Movimiento Familiar Cristiano llegó a México en 1958. Dos años después un grupo inició en Ciudad Juárez con el objetivo de promover los valores humanos y cristianos en la familia y dar respuesta a las necesidades sociales.
Así lo compartieron Irma y Eduardo Bravo, quienes fueron presidentes diocesanos de 1978 al 1980.
“El equipo fundador estuvo formado por Andrés y Lucía Márquez, Luis y Blanca Álvarez, Hugo y Tere Almada, Federico y Lupita de la Vega y el matrimonio Contreras”, compartió Eduardo Bravo, quien conoció el movimiento a los 15 años de edad, pues sus padres, Laura y César Bravo, acudieron a la segunda junta del movimiento y fueron presidentes diocesanos de 1965 a 1969.
“Me tocó vivir la etapa como hijo de “emefecistas”. El movimiento cambió rápidamente y se abrió a la clase media. Se empezaron a formar grupos en Zaragoza y en la colonia La Cuesta”, explicó.
Eduardo agregó que en el movimiento perdura el mismo sistema con el que inició: estudiar un tema de manera personal, comentarlo conyugalmente y reflexionarlo en el grupo.
“Es un enriquecimiento de vida compartir experiencias, abrirse de corazón, y esto crea amistades fuertes”, expresó.
Lento pero exitoso
El matrimonio Bravo compartió que en sus inicios, los sacerdotes no apoyaban al movimiento, lo que mantuvo una membresía de 80 a 100 familias durante cuarenta años aproximadamente.
“Los sacerdotes pensaban que les quitaríamos a sus matrimonios servidores. Trabajamos mucho tiempo en el CEDEC y en el CECADE. Batallamos para entrar en las parroquias, sólo acudíamos en tiempo de promoción para invitar a los matrimonios. Era todo el contacto que teníamos con las parroquias. Eso impidió el crecimiento del movimiento”, compartió Irma Bravo.
Entrevistados junto con el matrimonio Bravo, Antonio y Bertha Jiménez compartieron que durante esos años se trabajó con un sólo equipo y fue en el trienio de Jesús y Vicky Flores (1999-2004), cuando se tomó la decisión de hacer tres sectores: sector Zaragoza, sector Sur y sector Centro.
“El número de familias integrantes subió a 150, pero algunas de ellas no concluían su ciclo básico de tres años”, expuso Antonio Jiménez.
La membresía se mantuvo en el trienio de Angélica y José Sabanero y fue en el trienio 2007-2010, con Antonio y Bertha Jiménez, cuando se abrieron tres sectores más, lo que elevó la membresía a 314 familias.
“En el siguiente trienio la membresía aumentó a 400 familias, con Laura y Víctor Islas. Entraron Raquel y Enrique Perea (2013-2015), y decidieron duplicar los sectores, y a su salida entregaron formalmente 10 sectores y tres pre-sectores, eso llevó la membresía hasta 800 familias”, informó Antonio.
Durante este tiempo, conforme crecía el número de familias dentro del movimiento, también creció el número de sacerdotes asistentes de los emefecistas.
“Actualmente son mínimo 30 sacerdotes que apoyan, que creen en el Movimiento, eso se promovió mucho con el matrimonio Perea, ellos tuvieron un contacto muy directo con los sacerdotes”, agregó el matrimonio Jiménez.
Los entrevistados compartieron que en el actual trienio, con Mildred y Willy Lara, existen al menos 30 sectores, que posiblemente duplicará la membresía.
Dos momentos importantes
En el MFC existieron dos momentos importantes que le dieron crecimiento y fortaleza: el Encuentro Nacional en 1978, realizado en Ciudad Juárez y la elaboración del manual para pláticas pre-matrimoniales, o Seminario para novios.
“Fue un reto impensable que vinieran desde otros estados a Ciudad Juárez, la ‘ciudad del pecado’, porque estaba muy fuerte esa fama. Se realizó con mucho éxito, con muchos logros y sin problemas de ningún tipo. Hubo una gran asistencia, 800 matrimonios”, recordó Eduardo sobre el Encuentro Nacional.
La elaboración del manual para pláticas pre-matrimoniales, o Seminario para novios, recayó en el matrimonio Almada y el padre Efrén Hernández.
“Don Manuel Talamás, primer obispo diocesano, le encargó al MFC las pláticas pre matrimoniales. Fue un gran reto para el movimiento. Bendito mi padre Dios que nos tocó vivirlo”, dijo Eduardo.
Fue un trabajo de 10 meses para preparar el material, la estructura del seminario y las 280 preguntas de la carpeta, que fueron reflexionadas una a una.
Primer seminario para novios
“En enero de 1980 fue el primer seminario en el CEDEC y asistieron 125 parejas de novios. Se presentó a nivel nacional, pero no todas las diócesis lo aceptaron muy bien, poco a poco se fue integrando”, dijo Irma Bravo.
“Fue un paquete muy grande para el movimiento, muchos matrimonios se retiraron porque estaban abrumados con la carga de las pláticas prematrimoniales. Era tanto el trabajo y tantas las parejas que Pre matrimoniales absorbió al equipo de MFC”, agregó Eduardo.
Ante esto, a mediados de los 90s, el MFC entregó el material y la responsabilidad a la diócesis y dejó este servicio, el cual se empezó a impartir por servidores de las parroquias.
RECUADRO
Amplía MFC su servicio
Al dejar las pláticas prematrimoniales, el MFC sólo organizaba un encuentro matrimonial, pero a finales de los 90’s, con Jesús y Vicky Flores se empezó a incluir a los jóvenes.
“También ‘círculo de novios’ y ‘consejería matrimonial’ y apoyábamos con pláticas prematrimoniales cuando lo solicitaban”, compartió Antonio.
El servicio de Madres Responsables inició en el trienio 2010-2013, con Jesús y Vicky Flores, aunque con temor de incluir a mujeres solas por experiencias en otras diócesis.
“En nuestro tiempo nos tocó invitarlas a las reuniones generales, con mucha prudencia y a pesar de los riesgos, pues desde la dirigencia nacional las instrucciones eran otras”, dijo Antonio.
Tras esas experiencias Jesús y Vicky Flores se convirtieron en presidentes nacionales del MFC, y luego secretarios latinoamericanos, teniendo a su cargo la supervisión en seis países.
Emefecistas en la sociedad
El trabajo del MFC se ha visto reflejado en grandes beneficios a la sociedad en todos los niveles.
“Todos los hijos de los Almada están comprometidos con la sociedad. Sacerdotes como Raúl Vega, Héctor Villa y Alberto Castillo provienen de familias de emefecistas”, resaltó el matrimonio Bravo.
“Nos llegaron a decir que los resultados del MFC se verían en las vocaciones sacerdotales, un parámetro muy difícil”, dijo Antonio.
Frase…
“Es un gusto muy grande que cada vez más gente con mejores métodos y mejor tecnología participe en esta superación de lo que es el servicio. Están los frutos del Espíritu Santo: hijos del emeficistas, hombres de bien, esa es la satisfacción. El mundo no es tan malo gracias al MFC”.
Eduardo Bravo, fundador del MFC en Ciudad Juárez.
RECUADRO
Para saber…
El fundador del MFC fue el padre Pedro Richards, nacido en Argentina en el año 1911. Fue ordenado sacerdote en 1940 y en 1948 inició su dedicación a la Pastoral Familiar. Murió el 30 de octubre pidiendo que no se apagara la antorcha del MFC.