Claudia Iveth Robles
Acompañado de decenas de sacerdotes, familiares y fieles, el padre Efrén Hernández, celebró el pasado miércoles 16 de septiembre 40 años de sacerdote con una misa de acción de gracias en la parroquia La Sagrada Familia, donde es párroco.
La celebración fue presidida por el vicario general de la diócesis, monseñor José René Blanco, y concelebrada por un buen número de sacerdotes que acompañaron al padre Efren en tan emotivo momento.
En la homilía, monseñor Blanco destacó la oración sacerdotal del capítulo 17 del evangelio de san Juan, que se reflexiona en el jueves santo, día en que Jesús entregó el sacramento de su amor, en la Eucaristía, el don del sacerdocio y el mandamiento nuevo del amor.
“El sacerdocio ministerial es un don de Dios para el servicio de todo el pueblo de Dios. Nuestro Señor te recibe a tí, querido hermano Efrén, como un regalo del amor del Padre, como un don de Dios”, dijo monseñor Blanco.
“Tu vida, hermano Efrén, es una obra maravillosa de Dios y Dios, que te eligió desde el vientre de tu madre, te llamó a la vocación sacerdotal”, agregó.
Al recordar el momento en que conoció al padre Efrén en el Seminario, cuando le dijo que quería ser su amigo y acompañarlo en su camino, monseñor Blanco afirmó que la vida del sacerdote que hoy celebra 40 años de ministerio, ha sido un don de Dios para la Diócesis de Ciudad Juárez.
El celebrante recordó que recién ordenado, el obispo lo llamó a colaborar en la Pastoral Vocacional, pero también ha participado en la elaboración del seminario de preparación al matrimonio, cursos de orientación vocacional, de catequesis, entre muchos otros servicios”.
“Has trabajado padre Efrén para colaborar con el Espíritu Santo en la formación de verdaderos discípulos y apóstoles del Señor, Dios te bendiga por todo ese trabajo callado, silencioso, disciplinado, que permanece porque viene de Dios”, dijo monseñor.
Al final de la misa los asistentes felicitaron calurosamente al padre Efrén, se tomaron fotos del recuerdo y luego pasaron al auditorio de la parroquia para compartir un convivio con el festejado.