Ing. Oscar Ibáñez/ Catedrático universitario
Recientemente en un viaje a las barrancas de la Sierra Tarahumara en Chihuahua conocí de la obra del padre jesuita Juan María de Salvatierra quién fundó la misión de Cerocahui en 1680, y trabajó con los indígenas en lo que hoy son los municipios de Urique, Chínipas, y Guazapares de esa abrupta región chihuahuense. Después pasando por Sinaloa y Sonora este evangelizador llegaría a la misión de Nuestra Señora de Loreto en Baja California Sur a continuar su labor y donde años después un humilde franciscano arribaría para iniciar desde ahí la fundación más al norte.
Hace algunos años, el 25 de septiembre de 1988 leía con avidez la vida de misión del extraordinario fraile franciscano Junípero Serra cuando fue beatificado por San Juan Pablo II. Originario de las Islas Baleares fue uno de los más significativos y fecundos misioneros en el centro y norte de México, alcanzando su labor hasta la Alta California que entonces era parte también del territorio mexicano.
El próximo 23 de septiembre, 27 años después de su beatificación, el Papa Francisco canonizará en Washington D.C. a este insigne Español-Novo Hispano-Norteamericano, que además de predicar en su país natal, fue un fecundo evangelizador en casi todo el territorio mexicano, y finalmente reconocido fundador de las misiones de lo que llegaría a ser la actual California en territorio de Estados Unidos.
Nació en Mallorca el 24 de noviembre de 1713 y murió el 28 de agosto de 1784 en la misión de san Carlos Borromeo que el mismo fundó en las inmediaciones de Camel by the sea, California, lugar que guarda sus restos y que recientemente también es conocido por su exalcalde, el actor y director cinematográfico Clint Eastwood.
Junípero Serra será el primer santo hispánico en los Estados Unidos, con todas las implicaciones culturales asociadas, que permitirán no solo promover la evangelización entre los hispanos en California y el resto de Estados Unidos sino ayudar a que tengan mayores elementos de identidad y motivación a partir del ejemplo de este gran misionero.
El Padre Serra se distinguió en su vida por su humildad, fe, y constancia; simbolizada por las voluntarias caminatas que emprendió por todo el territorio, empezando al llegar desde España a Veracruz donde rechazó carruaje o montura para trasladarse a México, optando por una caminata de siete meses hasta México por considerarlo más propio de su orden franciscana.
Su labor de evangelización siempre se desarrolló en las comunidades más pobres, tanto de la Sierra Gorda de Querétaro donde trabajó 10 años, hasta las demás comunidades en Tabasco, Oaxaca, y Tepic entre otras, donde destacó además por sus dotes de predicador, su inteligencia y ternura, su ejemplo puede ser hoy motivo de renovados esfuerzos e iniciativas por la educación, la justicia y la paz en esas regiones.
En 1767 por una decisión política fueron expulsados los jesuitas de territorio mexicano lo que planteó la necesidad de que los franciscanos fueran a atender las misiones del norte dándose una continuidad en la evangelización de esos territorios. Es precisamente en Loreto, BCS, a donde había llegado el padre Salvatierra desde Chihuahua, el lugar escogido por el padre Serra parta iniciar su misión de fundación en California nuevamente a pie y sin más apoyo que su fe.
El testimonio de amor, servicio, educación y pobreza del nuevo santo es una referencia obligada que debe motivar a mexicanos y norteamericanos a ver más por la promoción y atención de los más pobres. La canonización de Fray Junípero es un evento que impacta la conciencia, la historia y la identidad de ambas naciones a partir del testimonio cristiano, y es una invitación a que caminemos con fe y alegría para encontrar, ayudar y consolar a quienes sufren.
