Ana María Ibarra
A la corta edad de 6 años, David Mascorro se encontró con los brazos amorosos de Santa María de Guadalupe, quien ha sido venerada y honrada en su familia a través de la danza por más de 60 años.
David es un danzante guadalupano, quien hace más de 30 años se integró a la “Danza Parroquial”, integrada por la familia Mascorro. Ahora, el danzante tiene 3 años como tamborero en la “Danza Santísima Trinidad”, grupo que su esposa inició para pagar una manda y que también lleva la devoción a la Guadalupana.
Amor que crece
Para David servirle a Dios por el lado de la danza ha sido un privilegio, y compartió que el amor a la Virgen de Guadalupe se lo inculcaron sus abuelos paternos.
“Empecé a los 6 años bailando. Mi abuelita y mi abuelito iniciaron la Danza Parroquial, tiene 68 años la danza. Mis abuelos fueron jefes de mesa, mi papa también. Lo guadalupano lo llevo en la sangre. Creo que desde que estaba en el vientre de mi madre escuchaba los tamborazos de los matachines”, compartió David.
Añadió que desde niño ha sido testigo de grandes milagros por intercesión de la Virgen de Guadalupe, sin embargo hay un hecho constante que hace crecer cada vez más su amor a la morenita del Tepeyac.
“Cada año, desde niño, voy al cerro a cortar palma para la velación que hacemos en el cuartel el 11 de diciembre. En la cima del cerro veo la imagen de la Virgen y de Juan Diego… No sé si es real, pero cada vez que voy, la veo. Vamos al cerro en otras fiestas como la de San Lorenzo, pero no veo ni siento lo que siento en esta fecha”, dijo emotivo David.
En ese paseo al cerro, compartió David, no se han librado de accidentes, sin embargo está convencido de que Santa María de Guadalupe los protege con su manto y logran salir ilesos.
“Sabemos que la Virgen se manifestó en un cerro y fue donde Juan Diego encontró las flores. En lo personal, mi devoción es muy grande a la Virgen de Guadalupe. De rodillas he entrado a Catedral para agradecerle sus bendiciones y llevarle sus veladoras”, agregó.
Compartir su devoción
Después de 30 años en la Danza Parroquial, David se integró hace 3 años a la Danza Santísima Trinidad, fundada por Graciela Domínguez y Guadalupe Bernal, familia de su esposa, como una manda a la Virgen de Guadalupe.
En esta danza que inició desde cero, bailando con pantalón de mezclilla, David ha transmitido su amor y devoción a la Virgen de Guadalupe y es por eso que además de la fiesta a la Santísima Trinidad, la danza tiene como fiesta importante la del 12 de diciembre.
“El día 11 danzamos en nuestro cuartel en la colonia Anahuac. Ahí tenemos la velación con la palma, cantamos alabanzas y el día 12, a las 5 de la mañana, vamos a Catedral a danzarle a la Virgen. Me integré para apoyarlos, para mostrarles los conocimientos que tengo y transmitir la devoción a la Virgen de Guadalupe para que crezca”, afirmó.
Como fiel guadalupano, David invitó a la comunidad a venerar a la Reina de México.
“Como mexicanos somos guadalupanos. Los invito que con el rezo del rosario, el novenario en los iglesias o la danza, celebremos con amor y fe a la Virgen de Guadalupe. Que todo lo hagamos por amor a ella, porque ella nos ha regalado muchas bendiciones, así como a Juan Diego, que ya es santo”, finalizó.
Para saber…