Ana María Ibarra/Diana Adriano
Ante la ola de violencia generalizada en la ciudad, de manera especial en el área de Anapra, la parroquia Corpus Christi realizó un Sitio de Jericó bajo el lema “Reconciliación y cultura de la paz”. 
El sábado 4 de octubre a las seis de la tarde inició el Sitio de Jericó con una misa de vigilia para preparar los corazones a una semana de encuentro con Jesús Eucaristía y aprendizaje.
El padre Guillermo Morton buscó otra manera de realizar este espacio integrando algunos temas y actividades, tomando la devoción tradicional y hacerla de manera nueva.

Estos fueron los temas del Sitio de Jericó: Domingo, la Creación; lunes, justicia social; martes, juventud y valores evangélicos; miércoles, comunidad y fraternidad; jueves, Movilidad humana y atención a migrantes; viernes, Reconciliación y sábado, Misión y evangelización.
El domingo 5 de octubre, dedicado a la Creación, se realizó la Misa que el papa León XIV recientemente integró a la liturgia. Además, la Dimensión Diocesana por el Cuidado Integral de la Creación guió una oración contemplativa con la Creación.

Otro tema importante para la comunidad fue la Reconciliación, con misa y charla a cargo del padre Rafael García, SJ, de El Paso, Texas.
Durante los siete días, las actividades se realizaron tanto dentro del templo como en diversas capillas de la parroquia, con procesiones y caminatas que unieron físicamente a las comunidades.
“No queremos una fe devocional que repite oraciones sin tocar la realidad. Esta experiencia nos saca de la zona de confort y nos invita a vivir nuestra fe desde la acción”, explicó el padre Guillermo.

Respuesta ante la violencia
El sacerdote destacó que el Sitio de Jericó no solo fue una experiencia de oración, sino también una respuesta pastoral ante la violencia y el miedo que viven los habitantes de Anapra.
Recordó los recientes hechos de inseguridad ocurridos en las calles cercanas a la parroquia, donde varios vecinos han perdido la vida en medio de balaceras y conflictos ligados al narcotráfico.
“Aquí la violencia es como una pandemia que nunca se detiene. Hace poco, mataron a cuatro personas, entre ellas dos niños. Y hace apenas dos martes, hubo un tiroteo frente a la iglesia. La gente vive con miedo… pero ¿cuál es la respuesta de la Iglesia ante esto? Nuestra respuesta es orar, unirnos y transformar desde la fe”, expresó.
El padre Guillermo señaló que la evangelización comienza por la conversión personal, invitando a los feligreses a permitir que el Espíritu Santo transforme sus corazones antes de salir al encuentro del prójimo.
“No podemos evangelizar si seguimos encerrados en nosotros mismos. La fe no es solo para nuestro beneficio, sino para cambiar el mundo”, reiteró.
El cierre de su Sitio de Jericó se realizó el sábado 11 de octubre, tras siete días de oración marcados por una profunda reflexión espiritual y compromiso comunitario.


































































