Diana Adriano
El pasado 26 de septiembre, el grupo de Madres Responsables (MaRes) del Movimiento Familiar Cristiano (MFC) ofreció a mujeres un espacio de reflexión, crecimiento y sanación interior, acompañadas por la psicóloga Elizabeth Barajas. 
Realizado en la parroquia San Judas Tadeo, el evento presentó un tema centrado en el autocuidado y el valor personal de la mujer, haciendo hincapié en la necesidad de dedicar tiempo y atención a uno mismo.
“Nos hizo reflexionar mucho sobre cómo las mujeres tenemos tiempo para todo: el trabajo, los hijos, las tareas del hogar, pero casi nunca para nosotras mismas. Nos dijo que solemos gastar en cosas materiales o en satisfacer a los demás, pero no invertimos en nuestro bienestar interior ni en nuestra paz”, dijo Mayra Araceli Martín del Campo, coordinadora de MaRes.
El taller incluyó una dinámica simbólica en la que las participantes escribieron en una hoja aquellos patrones o pensamientos negativos que querían dejar atrás, y posteriormente los quemaron como signo de desprendimiento y renovación.

Mayra explicó que este tipo de charlas se realizan cada seis meses dentro del programa de actividades del grupo MaRes, el cual, como se sabe, es un grupo dentro del Movimiento Familiar Cristiano, especialmente pensado para ofrecer fortaleza, comprensión y crecimiento personal a mamás solteras, viudas, separadas o divorciadas, quienes se enfrentan solas a la crianza de sus hijos y buscan en la Iglesia un lugar de acogida y esperanza.
El grupo está presente en parroquias como Nuestra Señora del Refugio, San Lucas, La Sagrada Familia, Santa María de la Montaña, San Judas Tadeo, La Transfiguración del Señor, Santa Inés y Perpetuo Socorro, entre otras.

En cada comunidad, las integrantes trabajan de la mano con los párrocos y responsables diocesanos para brindar acompañamiento espiritual y emocional a más mujeres.
“Invitamos con mucho cariño a todas las mujeres que estén atravesando una situación difícil, o que simplemente quieran reencontrarse con Dios y consigo mismas. En MaRes somos una familia unida que ora, se apoya y se anima mutuamente. Aquí todas somos bienvenidas”, concluyó Mayra.


































































