Al celebrarse hoy 29 de septiembre la fiesta de los Santos arcángeles y de los santos ángeles custodios (2 de octubre) presentamos la historia de una mujer que recibió una gran bendición a través del arcángel san Rafael.
Blanca Alicia Martínez
Aunque está convencida de que lo más grande que el ángel de la guarda y los santos arcángeles han hecho por ella es enamorarla de Jesús Eucaristía, Maru Becerra, quien forma parte de la Obra de los Santos Ángeles en Ciudad Juárez, da cuenta de otras muchas bendiciones que le ha atraído el guardián que Dios le designó y los arcángeles a quienes encomendó el cuidado de sus amados hijos.
En la víspera de la celebración en la Iglesia de la fiesta de los Santos arcángeles (29 de septiembre) y de los santos ángeles custodios (2 de octubre), Maru compartió con periódico Presencia la bendición que recibió a través de uno de los tres arcángeles: san Rafael.
“A menudo las personas me preguntan por un testimonio sobre mi ángel de la guarda o de los ángeles en general y siempre pienso en que lo más grande que mi ángel ha hecho por mi es enamorarme de Jesus Eucaristía”, dijo convencida la entrevistada.
“Creo que si tomamos en cuenta a nuestro ángel, todos notaríamos miles de sucesos cotidianos en donde se nos manifiesta”, aseguró.
Casa en peligro
Maru compartió que hace unos años obtuvo un crédito hipotecario para comprar su casa, pero en una de las épocas de crisis económica, subió demasiado el interés y los pagos mensuales se elevaron de tal forma que ya no pudo realizar los pagos.
“Así nos quedamos varios años”, relató quien en ese tiempo se dedicaba a formar niños para recibir la primera Comunión y uno de cuyos catecúmenos era el hijo de un abogado del banco que había emitido el crédito de la casa.
“Un día este abogado me habló para decirme que tenía una orden para embargar mi casa y en ese momento, aunque me quedé pensativa, le respondí que cumpliera con su deber”, contó Maru.
Dijo que luego de la llamada pasaron varios días sin tener noticias del asunto, hasta que otro día habló de nuevo el abogado para avisarle que había traspapelado los documentos de la casa y que el embargo no iba a proceder por el momento.
“Recuerdo que nos dijo que nos preparáramos para dentro de un año. Esta fue la primera ayuda que le habíamos pedido a nuestro ángel y nos ayudó”, dijo.
Posible solución
Así pasaron no uno, sino dos años y cuando el abogado se puso de nuevo en contacto con
Maru y su familia para proceder con el embargo, nueva ayuda vino del cielo, pues el abogado les recomendó acudir con un asesor legal, quien no cobró honorarios por atender el caso.
“Me pedían un millón de pesos para recuperar la casa, pero ¿de dónde?, ¡si mi marido y yo éramos maestros!”, compartió Maru.
Luego de tener este dato, un día Maru habló por teléfono con una amiga suya, quien durante la plática le dijo: «acuérdate que San Rafael es el ángel de las deudas».
“En cuanto colgué el teléfono saqué mi devocionario y busqué la novena más grande que encontré. Mi esposo estaba en casa porque tenía vacaciones y cuando vio que prendí una veladora, me preguntó si iba a rezar”, relató.
Rezo y ¡bendición!
Cuando Maru respondió a su esposo que rezaría a san Rafael, su esposo le pidió que lo esperara para unirse en la oración y así ambos, de rodillas, comenzaron la oración.
“Con todo nuestro corazón empezamos la novena. Pasaron 6 días y cuando terminamos de rezar, el séptimo día ¡llegó el milagro!”, platicó emocionada.
Resulta que ese día llamó a Maru una hermana suya que había intentado vender una casa en el Distrito Federal durante más de 10 años y no lo había conseguido.
Pero en esa llamada, su hermana le avisaba que había logrado vender su casa y le ofrecía 40 mil dólares para los pudiera ofrecer al Banco por la deuda de su casa.
“El banco aceptó la oferta y pudimos conservar nuestra casa… fue así como San Rafael nos ayudó a salvar esta propiedad que, desde aquel momento en que le rezamos, se la ofrecimos como suya”, puntualizó la entrevistada.
Hoy María está más que comprometida en el servicio que sigue prestando a la Iglesia, aunque ya no como catequista y también sigue rezando y confiando plenamente en el su ángel guardián .
“Es increíble como nos ayudan los ángeles… hay que invocarlos siempre y sobre todo hacernos amigos íntimos de nuestro Angel Custodio.