Visiblemente contenta, acompañada de familiares y cientos de amigos, Alma de Jesús Bueno Molina celebró su 25 aniversario de vida consagrada, integrada a la comunidad Jesucristo Divino Amor, como laica consagrada.
La Misa de acción de gracias se realizó el pasado sábado 28 de noviembre en la capilla central del Seminario Conciliar, presidida por el obispo diocesano, monseñor José Guadalupe Torres Campos, quien estuvo acompañado por algunos sacerdotes de la diócesis.
Vestida de blanco, cual novia rozagante, Alma de Jesús escuchó atenta y llena de amor las palabras de monseñor Torres, quien reflexionó sobre la vocación, poniendo énfasis en la vocación de la consagrada.
“La Iglesia es rica en vocaciones. Por eso hoy, en la fiesta de la presentación de la Virgen María nos unimos a la acción de gracias por los 25 años de consagración de nuestra hermana Alma de Jesús que, habiendo escuchado la voz de Jesús, decidió seguirlo hace 25 años porque encontró en Él la vida plena”, expresó el obispo.
A nombre propio y de la comunidad, el obispo expresó a la hermana Alma de Jesús el cariño que ha cosechado con su amistad y servicio.
“Se le estima, se le quiere, se le valora su sencillez y su entrega. Su amor a Jesús y a la Iglesia que se manifiesta en la entrega y en su servicio. Que Dios te siga bendiciendo hermana Alma de Jesús”
Dijo el obispo monseñor José Guadalupe Torres Campos
Después de esas palabras, la hermana Alma de Jesús renovó su entrega a Dios ante el obispo, pastor de la Iglesia, teniendo como testigos a quienes la acompañaron en esta ceremonia y que la felicitaron con un aplauso.
Al concluir la Misa, Alma de Jesús dedicó palabras de agradecimiento a Dios, a su familia, a sus padres, a los sacerdotes presentes y ausentes que la han acompañado en estos 25 años de vida consagrada, y a tantos amigos que Dios le ha obsequiado en este caminar.
Para celebrar tan memorable acontecimiento, se ofreció en el comedor del Seminario un festejo en honor a Alma, donde fue felicitada por los asistentes.
Vida plena
Fue el 21 de noviembre de 1990 cuando la hermana Alma de Jesús realizó su primera consagración en Arizona, Estados Unidos y el 3 de julio de 2001 hizo su consagración perpetua en la parroquia El Señor de la Misericordia en esta diócesis.
“Son 25 años desde que inicié y aunque todos los primeros años son de discernimiento sentí que esto era mi vida”
Hermana Alma.
Con 24 años de edad, una carrera terminada, experiencias laborales y sentimentales vividas, Alma recibió el llamado de Dios, y reconoció que sería su vida.
“No ha sido fácil, como ninguna vocación lo es, pero ha sido muy hermoso. Ha sido una bendición en mi vida. Me ha dado plena realización como persona, como mujer, como servidora de la Iglesia. Si volviera a nacer volvería elegir este camino”, expresó con firmeza la consagrada.
“Estoy contenta, satisfecha y dispuesta a que Él haga de mi vida lo que tiene qué hacer”
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