Diana Adriano
Con el espíritu de fraternidad y alegría que caracteriza a la Navidad, el grupo de la tercera edad San Joaquín y Santa Ana de la parroquia El Señor de la Misericordia, vivió un significativo momento de encuentro el pasado sábado 7 de diciembre.
Esta fue la primera posada navideña, como inicio de las festividades decembrinas del grupo, que ha formado una comunidad muy especial dentro de la parroquia.
“Más que un convivio navideño, salimos a ‘pedir la posada’. Caminamos con los peregrinos cantando y rezando, recorriendo el estacionamiento de la parroquia, pidiendo posada en varios lugares. Fue muy bonito ver a todos los abuelitos participando en esta tradición”, dijo Karla García, coordinadora del grupo.
Significado de la Navidad
La posada comenzó con una oración, seguida del Santo Rosario, y un tema guiado por el seminarista Diego Carreón, centrado en el verdadero significado de la Navidad.
“Para muchos de ellos estas tradiciones estaban olvidadas, tal vez porque con el tiempo, dejaron de celebrarlas o porque se sentían solos, pero hoy es un momento de volver a vivir esa fe”, dijo Karla.
“Es un regalo muy bonito ver cómo, aunque algunos se levantan temprano y se acuestan temprano, hoy están aquí, compartiendo con la comunidad y reflexionando sobre lo que verdaderamente es la Navidad: un encuentro con Cristo”, abundó.
Integración y bienestar
La entrevistada destacó que el objetivo de este encuentro fue crear un ambiente de integración y bienestar, tanto físico como emocional, para los 42 abuelitos que perseveran en este ministerio.
“También organizamos una dinámica de juegos para que ellos puedan tener movilidad, hacer ejercicio y estimular su mente. Además, queríamos que se sintieran parte de algo más grande, y por eso trajeron regalos para intercambio entre ellos. Los regalos son una sorpresa, sin nombre, para que el regalo llegue justo a la persona que lo recibe”, explicó Karla.
La actividad también incluyó una cena especial, pensada específicamente para las necesidades y gustos de los abuelitos.
“Ellos son el corazón de esta comunidad y su presencia es un testimonio de fe y esperanza para todos nosotros”, concluyó Karla.