Ana María Ibarra
Contentos y agradecidos con Dios por su generosidad, la comunidad parroquial de Jesús Maestro ofreció un desayuno-posada a más de 40 adultos mayores y a sus nietos, procedentes de colonias periféricas, anticipando así la alegría de la Navidad.
Fue el pasado 6 de diciembre cuando los invitados ocuparon sus lugares en un salón parroquial, mientras escuchaban música en vivo a cargo de un grupo de jóvenes que ofrecieron este servicio para tan generosa actividad.
Antes de servir los platillos, el padre Héctor Villa, párroco de la comunidad, bendijo los alimentos y agradeció a Dios por los servidores que desde el 2007 vienen realizando este servicio, el cual, dijo, no podría realizarse sin la colaboración de gente generosa que los apoya.
“Esta es una fiesta especial que quiere anticiparnos a la fiesta de Navidad. Quiero recordarles que Dios nuestro Señor, quien nos enseña a compartir, ha compartido a Jesucristo su hijo para ayudarnos en nuestra vida. Queremos que nos ayude a vivir y experimentar ese regalo que nos hace en su hijo Jesús”, expresó el sacerdote para enseguida bendecir los alimentos pidiendo por las personas reunidas y sus familias.
Esa mañana, los asistentes degustaron de una rica comida, música, regalos para ellos y sus acompañantes y dulces para los niños, además de una bebida caliente.
El equipo organizador preparó para ellos también algunas despensas para sus hogares y la rifa de tres televisiones nuevas.
Los adultos mayores no solo recibieron alimento para el cuerpo, sino también para el alma en cada gesto de cariño que les ofreció la comunidad.
María Araceli Sapiens, compartió que desde 2007 se ofrecen, cada mes, despensas para adultos mayores de colonias periféricas y cierran el año con una fiesta.
“Estamos entregando 40 despensas, ya han fallecido varios viejitos. Hoy se les ofrece un regalo especial. Este año pidieron chamarras. Vienen de colonias muy lejanas y tienen muchos años viniendo cada mes”, compartió María Araceli.
Agregó que desde días previos el grupo de servidores comienzan a disponer todo para ese servicio, el cual les llena de satisfacción.
“El padre que nos apoya al cien por ciento con este evento”, dijo.
Con dos años al frente de la parroquia, el padre Héctor Villa dijo que a su llegada se encontró con esa tradición. Explicó que considera este servicio como ministerio de caridad.
“No tenemos en este sector gente pobre o de mucha necesidad, aunque sí tenemos cercanos a algunos migrantes y tratamos de hacer algo por ellos. Este equipo es muy valioso y en estas fechas se organiza para ofrecer esta fiesta. La gente viene con mucho gusto”, expresó.
El sacerdote invitó a la comunidad a, en este tiempo de Adviento y Navidad, mirar más allá de uno mismo y compartir con los pobres para mitigar un poco las grandes necesidades que viven muchas personas.