Ana María Ibarra
El pasado miércoles 20 de enero falleció el maestro Silvestre Raúl Medina, quien fuera organista de la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe por más de 53 años. El deceso se dio después de que don Silvestre enfermó y estuvo varios días convaleciente.
Monseñor Isidro Payán, quien invitó al maestro Silvestre a venir a Juárez en 1967, compartió detalles de su vida.
Su vida
Silvestre Raúl Medina estudió en la Escuela Superior de Música Sagrada de Guadalajara, y recién egresado, a escasos 17 años, fue invitado por el entonces párroco de Catedral, monseñor Payán.
“Fui a Guadalajara a buscar un organista para la Catedral, y me dijeron que había un joven en Irapuato que había terminado. Lo contactamos, lo invité y llegó a Ciudad Juárez a los 17 años de edad”, recordó.
El maestro Silvestre y monseñor Payán convivieron en Catedral desde 1967 hasta el año 2000, cuando monseñor fue asignado a otro servicio.
“Treinta y tres años estuvo conmigo en la Catedral. Cuando llegó, lo hospedamos en un cuarto que estaba a un lado de la Misión de Guadalupe. Inicialmente era un poco nervioso, tímido, apresurado. Le empecé a decir ‘profesor’ para que les diera respeto a los fieles y así se le conoció por toda la vida”, compartió monseñor Payán.
Recordó que el maestro siempre fue puntual en las celebraciones que debía acompañar: la misa dominical de 10 de la mañana y las celebraciones matutinas de entre semana.
“Siempre me dijo ‘señor cura’, al estilo del centro de la República. Su característica era, como en aquel entonces era la gente de aquellos lugares: dando vueltas a las cosas que deseaban decir, contrario a los norteños”.
Monseñor Payán, quien concelebró la misa de exequias de don Silvestre, relató que al ir ganando el aprecio de los jóvenes, el profesor fundó el coro de la Catedral.
“Junto con otros jovencitos de Catedral formó un conjunto musical, ‘Los Astros’, amenizaban fiestas, aparte del servicio a Catedral donde fue muy responsable, atento y respetuoso”, reconoció.
Fue compositor
El maestro Silvestre tenía una gran capacidad para componer música religiosa.
“Le agradezco mucho que compuso una misa para el día 29 de junio de 1977, cuando cumplí 25 años de sacerdote. El título de la misa fue ‘Pastor de las Ovejas’. El estilo de música del profesor fue siempre un poquito rápido, como consecuencia de su carácter: un poquito nervioso y acelerado”, resaltó monseñor.
Silvestre compuso varios cantos, entre ellos, ‘Resurrección’, así como partes de la misa que él ejecutaba durante los servicios religiosos y que el coro también cantó.
“Él podía escuchar un disco o una composición de orquesta grande y lograba distinguir los sonidos de todos y cada uno de los instrumentos y los podía pasar a escritura de música”, recordó el entrevistado.
Dijo que fue él quien transportó la música de la misa panamericana y buscó los instrumentos específicos para la ejecución de dicha misa.
“Y con ayuda de Fernando Terrazas Heredia, se comenzó a tocar en Juárez”, agregó.
Amigos cercanos
En una celebración que presidió monseñor Payán, el profesor Silvestre contrajo nupcias con una joven servidora de Catedral, Delia Hernández, con quien procreó dos hijos: Jorge y Claudia.
“Diez días antes de que falleciera le llamé y fue cuando me dijeron que estaba enfermo. Éramos cercanos…tuvimos una relación de agradecimiento y amistad”, reconoció monseñor Payán al recordar también el momento en que Silvestre le declaró que era como su segundo padre.
Su misa de exequias
La misa de exequias de don Silvestre se celebró el viernes 22 de enero en la Catedral, fue presidida por el párroco, Eduardo Hayen, y concelebrada por monseñor Payán.
“El padre Hayen bondadosamente me invitó a que estuviera en la misa y predicara, pero preferí que lo hiciera él. Me gustó mucho su prédica porque habló de cómo Dios creó el mundo y los músicos son creadores de piezas musicales”.
Al finalizar la celebración, monseñor Payán leyó una semblanza del organista, la cual tiene plasmada en su libro “Más Rayos de Luz”.