No podemos permitir que nada ni nadie nos robe la esperanza y por eso la visita del papa tiene que ser un regalo de Dios que nos trae luz y fuerza nueva para vivir cada día con esa esperanza hacia la justicia y la paz. Y así veremos al papa como mensajero de la paz.
Saludo a nuestro pueblo fiel de la Diócesis de Ciudad Juárez. Hoy quiero platicarles sobre nuestra asamblea episcopal que hemos vivido los obispos estos días. En primer lugar es nuestra centésima Asamblea Plenaria, un número muy significativo… cien asambleas que ya los obispos se han reunido permanentemente.
Dos motivos muy importantes trabajamos en esta ocasión: uno para evaluar los trabajos realizados durante el trienio que se ha vivido 2012- 2015, hemos evaluado los procesos de pastoral, la estructura pastoral de la Conferencia del Episcopado Mexicano que es a base de comisiones y dimensiones. Cada comisión ha presentado su propia evaluación con sus dimensiones y todos los obispos, en mesas de trabajo, hemos también revisado lo realizado. Cosas muy buenas, positivas, hay crecimiento, pero también retos que hay que seguir trabajando, seguir profundizando en el conocimiento de esta nueva estructura que, a propósito, yo ya la estoy implementando en nuestra querida diócesis con los sacerdotes, en el Seminario, con los de vida consagrada, en fin, estoy dando a conocer esta nueva estructura pastoral por comisiones y dimensiones de pastoral.
Y otro punto muy importante es la próxima venida del papa a México. Los obispos de México estamos muy contentos, con gran alegría al recibir esta noticia de su visita pastoral a nuestro país, y particularmente nuestra ciudad, nuestra Diócesis de Ciudad Juárez, porque tenemos muchas posibilidades de que el papa nos visite a Ciudad Juárez; todavía falta que el papa acepte la agenda que se le propuso y entonces en diciembre sabremos ya lo que el papa disponga. Por lo pronto como país estamos muy contentos de recibir al papa, porque su visita fortalecerá nuestra fe, alentará nuestra esperanza y nos impulsará a ser testigos del amor misericordioso. Son tres aspectos que queremos vivir en estos días, en febrero cuando el papa nos visite.
El papa viene a confirmarnos en la fe, como él mismo nos ha enseñado: dice, la fe nace del encuentro con el Dios vivo que nos llama y nos revela su amor, un amor que nos precede y en el que nos podemos apoyar para estar seguros y construir la vida.
El papa viene a alentarnos en la esperanza que nos permite recorrer el camino de la vida con alegría. En ese punto vemos que nuestro pueblo, nuestra nación sufre, tiene tanto sufrimiento. No podemos permitir que nada ni nadie nos robe la esperanza y por eso la visita del papa tiene que ser un regalo de Dios que nos trae luz y fuerza nueva para vivir cada día con esa esperanza hacia la justicia y la paz. Y así veremos al papa como mensajero de la paz.
El papa viene a impulsarnos en la caridad, pues dice él, las manos de la fe se alzan al cielo, pero a la vez edifican en la caridad una ciudad construida sobre relaciones que tienen como fundamento el amor de Dios.
Así esperamos al papa, como mensajero de la misericordia. Ya sabemos que el papa, el próximo 8 de diciembre abrirá el Año de la Misericordia… es el amor de Dios misericordioso que abre para nosotros caminos de reconciliación y de paz que se recorren a través de la cercanía, el consuelo, la compasión y el perdón, entonces en ese sentido tenemos esta alegría de la visita del papa a nuestro país en varios sitios que se le han propuesto.
Sabemos ya por los medios, de alguna manera lo han insinuado, pero sin la certeza todavía total, ellos hacen su labor y lo comunican así, pero sin la oficialidad que, repito, será hasta el doce de diciembre. Pero sí nos alegra que el papa venga a México, a la Basílica de Guadalupe que es el lugar central, porque su anhelo primordial es visitar a la Virgen de Guadalupe y de ahí recorrer varios espacios del territorio nacional y ahí mismo en México.
Probablemente también vaya a otros lugares del centro del país, del sur y de ahí quiere pues también visitar la frontera norte, en este caso, y repito, Juárez sigue levantando la mano. Y estamos alegres porque el papa muy probablemente venga a visitarnos, ya nada más falta que el papa lo confirme oficialmente, por eso es importante que todo esto nos anime, nos fortalezca en la fe.
Ya retomando también el tema primero del trabajo, de la evaluación, los obispos también plantearnos un nuevo objetivo para el siguiente trienio, que tiene que estar marcado sobre todo en tres líneas de acción muy importantes a trabajar durante los próximos tres años: uno es la evangelización, la misión permanente en la Iglesia; otro es el aspecto de la misericordia, trabajar mucho ante tantas situaciones de nuestro pueblo, de nuestra Iglesia, de nuestro país, de nuestra diócesis de nuestra gente que sufren los pobres, los niños los jóvenes los indígenas los marginados los migrantes en fin por todas esas situaciones que el mundo del trabajo el mundo de la movilidad humana en fin sobre todo eso la misericordia tenemos que ser misericordiosos tenemos que ver la compasión tenemos que tratar de buscar la justicia por caminos de misericordia de compasión y así alcanzar la paz y todo esto es con un sentido profético y decir un cambio de una conversión de un compromiso de cambio en todos sentidos en sentido pastoral la diócesis en este caso y en sentido personal cada uno de esta manera pues yo los invito a seguir orando por nuestra diócesis por nuestros agentes de pastoral los laicos que son muchos los consagrados que también son muchos en la diócesis los sacerdotes un buen número de sacerdotes entregados junto al obispo todos juntos trabajar por esa unidad por esa conversión de todos en todos los sectores sociales económicos culturales políticos y eclesiales en primer lugar nosotros dando el ejemplo y en sentido personal cada uno, cada uno convertirnos cada uno ser mejor cada uno cambiar cada uno contribuir al crecimiento espiritual crecimiento del anuncio del evangelio el crecimiento de la paz de la reconciliación es ese sentido profético que debemos vivir durante los próximos tres años y seguir orando para que el papa este doce de diciembre que anhelamos que ya llegue nos de él anuncio oficial de que el papa nos podrá finalmente visitar a ciudad Juárez hay que esperar repito con mucha calma no apresurarnos no adelantarnos pero si hay mucha esperanza pero si hay que esperar con mucho gozo hay que seguir orando para que este próximo diciembre nos diga el papa oficial de su posible venida entre nosotros a toda la frontera no nada más viene a ciertos lugares sino a cualquier lugar que vaya la visita a México visita al mundo desde un lugar desde un territorio y les saludo con afecto con cariño a todos y cada uno de ustedes el obispo los quiere y los ama como padre y pastor y como siempre les envío mi bendición , la bendición de Dios todo poderoso, padre, hijo y espíritu santo este siempre con ustedes.