Con la invocación al Espíritu Santo y encomendado a la protección de la Santísima Virgen María, los santos, ángeles y arcángeles, el padre René Murillo expuso el pasado 10 de noviembre la catequesis titulada “Los tatuajes de Satanás”.
La catequesis se realizó en el templo parroquial de Jesús El Salvador, el cual lució lleno de fieles no solo del sector, sino también de otras comunidades parroquiales que acudieron al evento convocado por el párroco.
Para iniciar su catequesis, el padre René hizo referencia de cómo en años atrás, las madres y abuelas asustaban a los niños con el diablo, la bruja, la llorona y otros personajes. Expresó, que esto ha ido mermando en los últimos años y en la actualidad hay quienes se han propuesto “desaparecer” al diablo.
Dijo que la tecnología moderna ha hecho que el ser humano se aleje de Dios y por consiguiente el materialismo, las ciencias sociales, la psicología y la psiquiatría, entre otras ciencias, se han encargado de querer ofrecer una respuesta a la maldad en la humanidad, lo cual, advirtió, nunca podrán hacer.
“La realidad del diablo es algo de la fe. Hay una corriente muy fuerte de hacer desaparecer al diablo, pero hay una corriente también muy fuerte de atraer adeptos al diablo. Todas las ciencias pueden dar una aportación (en cuanto al mal) pero la respuesta es de la Iglesia, porque las revelaciones están en las Sagradas Escrituras”, dijo el sacerdote.
Prácticas
El padre René explicó que practicas como el espiritismo, la brujería, hechicería…son un campo propicio para abrir una puerta al diablo, por lo tanto, dijo, son prohibidas por la Iglesia.
Añadió que el mal no es abstracto, sino que se concretiza en un rostro: Satanás, quien desea destruir a la persona, misma que se revela contra Dios.
“El demonio no descansa, es un espíritu grande e inteligente, astuto. No lo provoques. Como en el Génesis, Satanás quiere hoy distanciar a la creatura de Dios y viene en forma de pecado. Una vez que el tentador seduce al hombre y este cae en el pecado, es una revelación contra Dios”, afirmó.
No obstante, dijo el padre René, no todo es culpa de el demonio, ya que el hombre tiene capacidad de decisión, una libertad.
“Dios nos ha hecho libres, si tu libertad es débil, el diablo se aprovecha. El diablo sabe ante quien está. Sabe y conoce de cada uno de nosotros el punto y va atacar por ahí, para que el hombre se vuelva contra su Creador. Contra Dios no se va a confrontar, pero quiere hacerle daño a través de ti”.
El sacerdote enumeró algunas manifestaciones del diablo en la vida del hombre en las que destacó: la infestación en un animal, casa o cosas; el daño físico y psíquico; las vejaciones a través de golpes, y la más fuerte, la posesión diabólica que es cuando el diablo penetra el alma de la persona.
Para concluir, el padre proyectó imágenes de lo que llamó “los tatuajes del diablo”: el odio, el rencor, la envidia, la soberbia, la mentira, la hipocresía, la falsedad, orgullo, maleficio, rencor, venganza, perversión, etcétera.
“El demonio busca que vayamos al error, pero Dios está ante todo, esa es nuestra fe. Nuestra fe es en Jesús, no en el demonio, pero no lo ignores porque eso es ventaja para él”