Para este conductor de vehículos de carga, respetar la vida es el valor más importante que se debe tener presente a la hora de transitar las carreteras…
Ana María Ibarra
Con 33 años de edad y cuatro años laborando como chofer de un vehículo de carga foráneo, Humberto Dávila compartió que aunque le gusta su trabajo, hay momentos difíciles, sobre todo al estar lejos de su familia. Sin embargo, su fe en Dios lo impulsa a ser un chofer responsable en sus viajes, ya que sabe que en su casa lo esperan su esposa y sus dos hijas.
Satisfacciones y dificultades
Consciente de que en la carretera siempre hay algo nuevo qué aprender, Humberto compartió lo hermoso que es para él su trabajo, el cual le ha llenado de satisfacciones.
“Como chofer de carga, uno mueve desde equipo médico, componentes tóxicos, combustibles, desechos, material de construcción y alimentos. Es una gran responsabilidad, incluso tenemos la responsabilidad de salvar ciudades completas”, dijo quien está orgulloso de su labor, a pesar de que sacrifica mucho tiempo con la familia.
“Es muy bonito, aprendes a madurar y valorar las cosas”, dijo Humberto.
Con este trabajo Humberto ha logrado sacar adelante a su familia y ha conocido mucha gente en la carretera, compañeros que le han enseñado y apoyado durante el camino.
No obstante, no deja de pensar en lo difícil que es estar lejos del hogar durante varios días.
“Ha sido muy difícil estar lejos de mis hijas, perderme muchas cosas de su crecimiento, aniversarios de boda, cumpleaños, me pierdo de muchas cosas por el mismo fin de sacar adelante a mi familia, pero mi fe me acompaña y es lo que me da la fuerza para seguir”, expresó.
Su motor de arranque
Humberto, quien en su adolescencia perteneció al ministerio de alabanza en la parroquia Santa Cecilia, especialmente en la capilla La Ascensión del Señor, compartió que al iniciar cada viaje hace oración, pues es su “motor de arranque”.
“Pido principalmente por mi familia, mis seres queridos, compañeros y amigos. Toda la gente que recorre carreteras siempre está en mis oraciones. Me han tocado ver accidentes tan fuertes y difíciles de asimilar. El afán de sacar adelante la familia muchas veces nos arranca la vida”, lamentó Humberto.
El entrevistado agregó que cuando empezó a manejar pensaba que por traer un vehículo grande, no le podría suceder nada, pero ha reflexionado al ver a compañeros accidentados, cuyos vehículos, a pesar de ser tan grandes quedan hechos “nada”.
“Cualquier cosa puede hacerlo a uno salir de la carretera, una pestañeada, una dormidita de dos segundos, y no puedes hacer nada. Cuando voy cansado siempre recuerdo que es más importante mi vida y la de los demás, que una entrega”, dijo Humberto.
Añadió que, si bien en su labor como chofer es importante llegar a tiempo con el cliente, el cliente comprende que es preferible que el chofer se tardé unas dos horas por detenerse a dormir, a que no le llegue su mercancía.
“Yo no podría con un cargo de conciencia de que por una imprudencia mía, ocasionar el accidente de alguien más. Los accidentes pasan, pero en mi oración lo pido a Dios siempre que si va a pasar algo, que no sea por imprudencia mía, que yo trate de cuidar a los demás así como Él me cuida a mí”, resaltó.
Valorar la vida
Para Humberto, lo poco o lo mucho que aprendió dentro de su servicio en la Iglesia lo ha fortalecido para sobrellevar los momentos lejos de su familia, pero especialmente le ha enseñado a valorar y respetar la vida de los demás.
“Mi fe me ha ayudado muchísimo para manejar responsablemente. Desde mi primer viaje en carretera por Estados Unidos, siempre me acompaño de un crucifijo y una imagen de San Judas. Al arrancar me encomiendo a Dios con la fe de que voy a llegar bien a mí destino, de que voy a cuidar a la gente que se cruce en mi camino, Él va por delante”, dijo convencido.
Aunque para Humberto es muy difícil acudir a los servicios religiosos mientras se encuentra de viaje, durante sus recorridos ha logrado cumplir sus sueños.
“Normalmente llegamos, entregamos la carga y de ahí ya nos tienen otro destino. Pero si busco la oportunidad para ir a misa o visitar algún templo. Este trabajo me ayudó a vivir un sueño muy grande que era visitar la Basílica de Guadalupe en México. Cuando tengo oportunidad visito las iglesias, oigo música religiosa o veo películas sobre la fe”, compartió.
Envía Mensaje
En esta temporada de vacaciones, Humberto confirmó que los accidentes aumentaron, por lo que quizo dar un mensaje a todos los que viajan por carretera.
“Lo que les puedo aconsejar es que piensen en su familia. Sin ser drástico, les puedo decir que más vale llegar tarde que no llegar. En cuanto empezó la temporada de vacaciones se empezaron a ver muchos accidentes”, afirmó.
Y agregó: “A los que se dedican a esto les digo que la fe es algo muy grande, no se suelten de la mano de Dios. Muchas veces no podemos estar constantes visitando las iglesias, pero simplemente no soltarse de Dios es algo que fortalece mucho. Manejen con toda la precaución, una pestañada dura milésimas de segundo y en ese tiempo se puede perder la vida”.