Ana María Ibarra
Cerrando el ciclo litúrgico del tiempo ordinario, en el marco de la fiesta de Jesucristo Rey del Universo, la Iglesia Católica en México celebra el Día Nacional del Laico, establecido en el 2019, en honor a Anacleto González Flores, mártir de la Guerra Cristera, beatificado por el papa Benedicto XVI (2005)y nombrado patrono de los laicos de México ese mismo año (2019).
Sobre la importante presencia laical en la Iglesia habló a Presencia el padre Víctor Fernández, coordinador de la Dimensión de los Laicos en la Diócesis de Ciudad Juárez.
Qué es un laico
Explicó que un laico es toda persona bautizada y que, por medio del Bautismo, es incorporada a la Iglesia Católica.
“Cuando un niño es bautizado recibe una triple misión: ser sacerdote, profeta y rey, es decir, pertenece a una estirpe elegida. A partir de ahí, el laico está llamado a participar en la misión de la Iglesia, que tiene varias dimensiones o facetas. Una de ellas es su participación en las celebraciones liturgias, la celebración de la fe”, señaló el padre Víctor.
Otra de esas dimensiones, agregó, es la catequesis ya que “todo laico está llamado a instruirse en la fe, en los misterios y fundamentos de la fe, además de que está llamado a llevar la buena noticia de la salvación en Cristo por todo el mundo”.
“Lo propio del laico es vivir en el mundo secular, en el mundo actual. La persona adulta está llamada a hacer presente a la Iglesia donde él se desempeña: en el trabajo, en su profesión, en el campo de la educación, en el ámbito familiar. Por ejemplo, el ama de casa es una laica que debe hacer presente a la Iglesia en su hogar”, manifestó.
Instrumento de la Iglesia
Añadió que el laico está llamado a tratar los asuntos temporales de la Iglesia, según Dios.
“Para el laico, en su carácter de ser instrumento dentro de nuestra Iglesia, es más fácil que se ocupe de las cuestiones temporales, como son las cuestiones administrativas, de la logística en la evangelización, haciendo planes y estrategias para la evangelización”, compartió.
Por otro lado, indicó, también están llamados a manejar los asuntos económicos de la Iglesia y se preparan para formar parte de los consejos económicos parroquiales.
“De igual manera se preparan para formar parte de los planes y proyectos para que haya fondos y la evangelización se lleve a cabo. Los laicos están llamados a ver toda la cuestión de la infraestructura de los templos, salones, lugares y espacios de reunión litúrgica y de convivencia, junto con su sacerdote. A esto se le llama estar atento a los asuntos temporales según Dios”, mencionó.
Los laicos, resaltó el sacerdote, están llamados a la santidad ahí donde tienen su mayor ocupación, que es en el mundo.
“También está llamado a vivir, con la gracia de Dios, de una manera íntegra y plena el evangelio, y a aspirar siempre ha tener una vida en santidad y ser una persona que, cuando llegue a la presencia de Dios, los llame como hombre y mujer que dieron su vida danto testimonio de su fe en el mundo”, agregó.
Formarse sin clericalizarse
Respecto a la importancia de la formación de los laicos, el padre Víctor mencionó que el Concilio Vaticano II señala que la Iglesia está conformada por “piedras vivas”.
“Al decir piedras vivas se refiere a todos los bautizados, a los laicos que forman la Iglesia. En el laico hay una riqueza muy grande que se puede aprovechar cuando es consciente de su misión y asume su formación laical”.
Pero el sacerdote advirtió que formarse y servir activamente en la Iglesia no significa que hará la función del sacerdote.
“Hay una tentación muy grande de clericalizar al laico. El laico no es un clérigo, el laico es un miembro importante, piedra viva dentro de la Iglesia, que cuando asume su misión y se forma adecuadamente, puede transformar realidades temporales a las que el sacerdote no puede llegar”, enfatizó.
De lo anterior, añadió, viene la importancia de que el laico tome conciencia y se forme en su ser laical y bautismal.
Trabajo en la Dimensión de laicos
En la Diócesis de Ciudad Juárez se cuenta con la Dimensión de Laicos, mismos que están organizados en grupos y movimientos, con distintos carismas, lo cual enriquece a la Iglesia local.
“Cada uno de los grupos o movimientos están participando activamente. El trabajo realizado por los laicos se ve reflejado en los eventos diocesanos, como por ejemplo el Rosario Viviente, los Congresos de Matrimonios, Renovación, el Movimiento Familiar Cristiano, entre tantos otros. Ahí se ve que la Iglesia está viva. Hay una buena participación laical en la diócesis”, celebró.
Para concluir, el padre Víctor quiso invitar por este medio a todos los laicos a que se instruyan y se formen, que puedan aprovechar toda la riqueza de su ser bautismal, poniendo en práctica la gracia de Dios y puedan llevar una vida santa.
“Cuando se asume la condición laical se puede llegar a ser santo. Que Dios les conceda la santidad, luchen por ser santos y, como dice el papa Francisco, vamos a luchar para que los nuevos santos sean esos santos que la Iglesia necesita, que son los laicos”, concluyó.
En frase…
“Necesitamos laicos con un gran amor a Dios, al prójimo y al mundo en que vivimos”, Pbro. Víctor Fernández/Coordinador de la Dimensión de laicos