En Recuerdo de visita del Papa Francisco a Ciudad Juárez hace dos años, expertos hicieron un recuento sobre la historia de la migración en esta zona y cómo la Iglesia atiende a los migrantes…
Ana María Ibarra
Como parte de las actividades por el segundo aniversario de la visita del Papa Francisco a Ciudad Juárez, el Seminario Conciliar llevó a cabo un foro sobre la migración, tema que fue una de las reflexiones centrales en su visita.
El evento se realizó el viernes 16 de febrero en el auditorio del Seminario Conciliar.
“Este es un momento de reflexión para que nos sintamos interpelados y nos sintamos ciudadanos comprometidos”, dijo el padre Juan Manuel Orona, rector del Seminario, como bienvenida al evento y para explicar que el Seminario se ha propuesto cada año reflexionar sobre los temas abordados por el Papa Francisco en Ciudad Juárez.
Historia
El Doctor Carlos González inicó el foro compartiendo brevemente la historia de este fenómeno en la frontera y explicó algunos elementos para entenderlo.
“La frontera es un límite, algo que separa, divide, señala diferencia. El movimiento de las personas es otro elemento. La gente no se mueve de sus lugares de origen por gusto. Las personas pueden exiliarse por motivos políticos, guerra, por falta de oportunidades”, explicó.
González compartió que la frontera se fundó hace 170 años, y de 1848 a 1890 no tuvo ninguna vigilancia.
“Nadie se interesaba por vigilar. La gente siempre había estado aquí. Fue solo una línea en el mapa De 1890 a 1990, un siglo, esta frontera se dedicó a administrar a estos seres humanos”.
Afirmó que varios estados de la Unión Americana obtuvieron su riqueza gracias al trabajo de los migrantes y fue de 1990 al 2001 que el fenómeno de la migración comenzó a ser preocupante por la manera de tratar a los migrantes.
“De 1986 a 1990 fue una época en que los migrantes sin papeles era indocumentados, no criminales. Del 2001 al 2017, fue paulatino el proceso en que el migrante es considerado criminal por no traer papeles. La mayoría de los migrantes en las cárceles están por delitos migratorios”, afirmó.
Y finalizó diciendo: “Estamos en un momento para regresar a la historia y ese fue uno de los mensajes que dejó el Papa Francisco, él mismo tiene la experiencia de migrante. La historia puede ser una aliada frente a los problemas de migración”.
Más que un número
En segundo momento, el padre Javier Calvillo recordó las palabras del Papa Francisco durante su homilía en El Punto, desde donde oró por los migrantes e invitó a derramar lágrimas que logren sensibilizar la mirada ante el sufrimiento humano.
“Desde los símbolos, el papa hace recordar que en cada persona, en cada migrante hay una historia” .
Expuso las acciones que la Diócesis de Ciudad Juárez hace a favor de los migrantes desde Pastoral de Movilidad, reuniones pastorales sobre el tema, la misa del 2 de noviembre por los migrantes muertos y la reunión de obispos Tex-Mex.
El sacerdote presentó datos de los migrantes que recibió la Casa del Migrante en el 2017 e invitó a los asistentes a trabajar por los retos que enfrenta la ciudad respecto a la migración.
“Tenemos que ser una frontera que abra sus brazos y abrace a los migrantes. Cuando llegue a ustedes algún migrante, tienda la mano, ofrezcan agua, comida, oriéntenlos para llegar a la Casa del Migrante o háblenos para ir por ellos”, dijo.
Para concluir, se ofreció un pequeño espacio de preguntas y respuestas, y fue el padre Jesús Manríquez, vicerrector del Seminario, quien agradeció la presencia de los ponentes y a quienes les entregó un reconocimiento.