Con el fin de orar por el cese de la violencia en aquella zona del Valle de Juárez, la comunidad de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe y de sus capillas, ubicadas en poblados cercanos, realizaron el pasado sábado 31 de octubre un Rosario Viviente.
El evento se realizó en la plaza de aquél municipio, al centro de la cual se colocó una imagen de la Virgen y alrededor de ella se apostaron niños con pancartas que llevaban los nombres de los cinco continentes: África, Oceanía, América, Asia y Europa.
Igualmente los participantes portaron globos blancos, verdes, rojos y amarillos según el color que identifica a cada continente en el Rosario misionero, el cual los organizadores quisieron rezar tomando un pasaje de cada misterio de los luminosos, gozosos, gloriosos y dolorosos.
Al final de cada misterio los niños pasaron a ofrecer una flor y encendieron sus velas.
El evento fue encabezado por el padre Eliseo Ramírez, párroco de Nuestra Señora de Guadalupe, y participaron padres y niños que cursan el Catecismo, ya sea en la cabecera parroquial o en las capillas de Guadalupe, Reforma, Caseta, Barriales, Barrio Alto y El Mimbre.
También participaron integrantes de las danzas de matachines de San Francisco de Asís y San Judas, invitados por las religiosas Misioneras de María Dolorosa, quien prestan su apostolado en aquella zona y quisieron promover el rezo.
“Hacemos este Rosario aquí para que cese la violencia en el Valle… aunque se dice que ya no hay violencia aquí, sigue”, dijo la hermana dolorosa Irene Muñoz.
“Es un Rosario Misionero para pedir por las familias, y por el Sínodo que se acaba de terminar”, agregó.